César Frías Enciso y Miguel Pradillo fundan en 2014 en Madrid el estudio MORPH, que presta servicios de arquitectura, paisajismo, ingeniería e interiorismo. Destacan especialmente por el gran número de promociones residenciales que realizan, para promotoras como Kronos Homes, Inmoglaciar, Arpada Group, Vía Célere, Aldara,… También han intervenido en proyectos como la reforma del Ala de enfermedades Neurológicas del Hospital Niño Jesús y tienen en cartera decenas de proyectos en curso en distintas fases de desarrollo: desde viviendas a desarrollos hoteleros, residenciales, y terciarios en diversas capitales de España y Portugal. En el ámbito de oficinas y coworking desarrollan proyectos para Espacio o Loom/Merlin Properties, mientras que en Residencias de Estudiantes tienen proyectos para Urbania, Habescon, RESA o Corestate en diferentes ciudades.

«La arquitectura es investigar, identificar los retos y dar una respuesta óptima a los mismos, buscando que sea singular, funcional y rentable.»

 

¿Cuál fue vuestro motivo para querer dedicaros a la arquitectura?
César: Yo era uno de esos niños que se pasaban la clase dibujando en los márgenes de los libros de texto. Siempre me gustaron las ciencias y las novelas de ciencia ficción, de modo que inicialmente quise ser científico, pero eso no cubría la vertiente de diseño, que era realmente adictiva para mí. No había ningún arquitecto en mi familia y es una carrera en la que no reparé hasta que mi amigo Andrés me dijo que él quería serlo. Cuando tuve que elegir carrera, me admitieron en industriales en Zaragoza, donde vivían mi abuela y mi tía, y en arquitectura en Valladolid, a la que postulé después de vencer una reticencia amiga de mi familia a que me dedicara a algo con menos futuro y menos versátil que la ingeniería. Afortunadamente la carrera empezó antes en Valladolid y a la semana, llamé a casa a decirles que me quedaba allí, que había encontrado mi sitio.
Miguel: En mi familia había muchos arquitectos, mi tío, tres o cuatro primos y mi padre, que desde pequeño me llevo al estudio y a las obras. Tanto el trabajo de Estudio como el de obra eran fácilmente entendibles para mi mentalidad de niño por la visualidad y materialidad del proceso. Nada que ver con otras oficinas que conocí siendo niño, no era capaz de entender que utilidad tenía ni que hacían personas sentadas en mesas repletas de papeles. Por todo ello nunca me plantee dedicarme a otra cosa que no fuese la Arquitectura.

¿Cómo se unen vuestros caminos? César: Vine a Madrid al terminar la carrera por que mi novia y actual mujer, Mar, informática de formación, había encontrado trabajo aquí. Al poco tiempo de terminar encontré trabajo de arquitecto- becario en el estudio de José María Yustas. Era un estudio pequeño en el que aprendí que las promociones tenían edificabilidad, ocupación… e instalaciones. Jose pensaba que los arquitectos estaban sobradamente preparados para diseñar y diseñar sus instalaciones y gracias a ello, aprendí una base importante para mi futuro profesional. Cuando acabé mi ciclo allí, encontré trabajo en el estudio de Rafael, el padre de Miguel. Allí empecé a enfrentarme a proyectos desde su concepción hasta su construcción. En paralelo fundé junto a mis hermanos Diego y Nacho, y mi amigo Javi, Suma de arquitectura de ingeniería, empresa en la que realizábamos proyectos de instalaciones, estructuras e incluso proyectos de ejecución completos para otros arquitectos. En el estudio de arquitectura, fuí asumiendo poco a poco funciones hasta dirigirlo técnicamente. En 2014 junto con Miguel fusionamos el estudio y la ingeniería para empezar un pequeña empresa de nombre griego… y hasta hoy.

Miguel: Empecé a trabajar en el estudio de mi padre en el año 1996, había alrededor de 15 personas trabajando y todavía teníamos medios tradicionales de producción (tableros, paralex, vegetales, …). Venía de la carrera donde con dificultad y muchas limitaciones se empezaba a trabajar con CAD, y comencé a introducir nuevas formas de trabajo. La implantación fue lenta y complicada por el cambio de cultura, perfil y edad de las personas del estudio. A los tres o cuatro años me di cuenta de la necesidad de profundizar en la utilización de nuevas tecnologías, profesionalización y el necesario cambio de perfil humano. Hacia el año 2000 o 2001 cambié el software genérico que se empezaba a utilizar por entonces a un software específico de arquitectura que era ya un embrión del BIM actual y busqué perfiles acordes a los nuevos cambios. La casualidad quiso que la primera persona con la que me entrevisté fuese César, que encajaba perfectamente en las necesidades perfil y proyecto que pretendía montar. En ese momento el estudio estaba vinculado a clientes que eran grandes promotores de vivienda principalmente en Madrid. Con la llegada de la crisis inmobiliaria el trabajo fue decreciendo hasta el año 2013 en el que mantener el estudio de mi padre con los clientes tradicionales era inviable, Durante la crisis me impliqué mucho en la gestión empresarial con los clientes (lo cual me dio un conocimiento y contactos diferentes a los tradicionales de un arquitecto), y César demostró durante esos años una capacidad, nivel y calidad de trabajo en el estudio insuperable. En esos momentos Cesar y yo empezamos a hablar sobre la posibilidad de montar un estudio que pudiese ofrecer un servicio integral de Arquitectura e Ingeniería a imagen de los grandes despachos técnicos internacionales, con clara vocación de empresa y profesionalidad. Con el bagaje profesional que atesorábamos ya los dos, fundamos MORPH en el año 2014.

AQ Urban Sky en Martiricos (Málaga)

Desarrolláis viviendas, oficinas, residencias de estudiantes, hoteles, bodegas… ¿Qué vectores tienen en común vuestros trabajos en diferentes tipologías?

César: Al final la arquitectura es investigar, identificar los retos y dar una respuesta óptima a los mismos. Cuanta más información se tiene, más singular puede ser ésta, sin dejar de ser funcional y rentable. El esfuerzo y la ilusión por dar respuesta a los requerimientos de un cliente de oficinas, un bodeguero o un promotor de viviendas, y por aprovechar el potencial formal de cada obra… no varía, es el mismo. La inspiración de los proyectos suelen venir de la solución de las premisas del proyecto y su formalización desde el extrarradio de la arquitectura; de un logotipo, una tinaja de barro, de la forma del aire alrededor de un árbol, de un concepto abstracto imposible, de una red neuronal o micelial…

¿Qué emociones os gustaría que los usuarios de vuestros edificios experimentaran? César: La sorpresa que te hace esbozar media sonrisa al descubrirlo, y un sentimiento de identidad al poseerlo o vivirlo. ¿Han cambiado las demandas y cuestiones que la sociedad plantea a la arquitectura?

César: El Covid nos ha hecho hacer “reset” en la percepción de los espacios vivideros, de trabajo, sanitarios… ha impactado de forma desigual en las distintas tipologías edificatorias. Ha reforzado el interés que ya había en complementar la vida en el interior de los edificios y el disfrute en su exterior, especialmente en un lugar con un clima propicio para ello, como es España. Las terrazas en la oficinas eran un espacio muerto para poner instalaciones y hoy, se alquilan por una cantidad significativa de dinero. Por otro lado, estamos en un momento, que pasará, en el que hay numerosos incentivos (CEE) para la adecuación de edificios a los nuevos estándares, (viviendas, oficinas, estadios, hoteles…) y necesidades y oportunidades de transformación (oficinas en viviendas, hoteles en residencias, palacios en viviendas, viviendas en residencias…)

 

Desarrolláis un gran número de promociones residenciales por toda la geografía y para diferentes promotores y fondos. ¿Cuáles son las novedades en materia de vivienda que se están implementando en los proyectos residenciales?

César: Hay una preocupación enorme por el control de costes, que no es nuevo, pero que nunca había sido tan acuciante. Tenemos propuestas para construir con huella de carbono 0, para construir de forma industrializada, en BIM 7D pero quizá la mayor novedad es más prosaica que todo eso; la mayor novedad es que está cambiando la forma de contratar las obras; cada vez son más habituales los proyectos IPD, los libros abiertos, el lean construction…
En cuanto a tipo de producto, se ha producido una irrupción de las viviendas BTR como vehículo de inversión seguro, que genera un tipo de viviendas completamente distinto, más lindante con el producto hotelero. Donde las prioridades cambian completamente; de enamorar a corto plazo para lograr una venta, se pasa a buscar un producto lo más óptimo, resiliente, flexible y seguro posible. Nosotros los trabajamos en departamentos independientes de hecho.

El estudio cuenta con cuatro de los cincuenta edificios más altos de España. ¿Cómo lograr esculpir torres que no sean predecibles?
César: Como el resto de proyectos, si te dedicas a la autofagia de arquitectura propia o ajena, acabas haciendo algo conocido, dentro de la famosa zona de confort. Si lo trabajas bien, puedes conseguir una versión mejorada… Si, por el contrario te dedicas a ir unos cuantos pasos más atrás, a investigar las necesidades y condicionantes del proyecto, a ir a la esencia de la matriz de decisión que produce la arquitectura, el resultado es una pieza, mejor o peor, pero única. Lo bueno de los edificios muy altos es que un pequeño gesto, una pequeña variación por planta o en su perfil, tiene un enorme impacto de modo que se puede generar un impacto grande con una inversión pequeña. Los gestos grandilocuentes, se diluyen por la gran dimensión de las mismas.
Es un sector de la arquitectura con una barrera tan alta de entrada, que los edificios se convierten en predecibles. Siempre pongo el mismo ejemplo, la mejor torre de Londres, la más actual y disruptiva sigue siendo el Lloyds bank, te sientes diminuto al contemplarla. El mercado es conservador por la gran inversión que supone este tipo de construcción y por la citadas barreras que impiden el acceso a nuevas ideas, en el que nos hemos logrado colar a fuerza de percutir.

Otro de los campos donde estáis inmersos es en el de las residencias de estudiantes. ¿Qué caracteriza vuestro enfoque a la hora de pensar este tipo de espacios?
César: Proyectamos desde la envidia sana de haber estudiado en unas residencias grises, oscuras, de baños y habitaciones compartidas… Una residencia de estudiantes es un producto financiero, donde la arquitectura se puede colar de rondón si ofrece algo que la justifique. Recientemente presentamos a un fondo una residencia de gran tamaño cuyo volumen habíamos fragmentado para adecuar su escala a su entorno natural. Logramos (in extremis) que asumiera la misma porque habíamos conseguido terrazas y habitaciones singulares y, por tanto, con una renta y ocupación esperable mayor. En general, los clientes nos aceptan nuestras pequeñas digresiones porque se nos busca por ello, pero la ventana de oportunidad para hacerlo es limitada.
Lo que todos entienden es que la residencia de estudiantes debe tener amenities y espacios de convivencia frescos y cuya importancia es enorme ya que atesorarán alguno de los mejores momentos de la vida de muchos de sus residentes.

¿Qué tendencias son las más demandadas por los clientes en los espacios de trabajo?
César: Los espacios de trabajo quizá sean los que más han cambiado en los últimos años. Hemos vivido un momento de caos y, por tanto, de oportunidad, de finales y comienzos, caídas y ascensos, de cambios de prioridades… que han ocasionado cambios en las formas de trabajo y en los espacios en los que éstos se venía produciendo.
El coworking es una respuesta ante la incertidumbre, proporciona una flexibilidad, unas sinergias y una sencillez en la gestión que la posiciona como una solución óptima para la misma. También estamos realizando proyectos de transformación de oficinas tradicionales en las que los espacios deben ahormarse a las nuevas forma de trabajo y a la flexibilidad laboral que cada vez es más habitual.

Construcción cada vez más industrializada, metodología LEAN y BIM diseño paramétrico y generativo, big data e IoT… ¿Hacia dónde se está transformando el diseño de la arquitectura?
César: La industrialización es la vía correcta, pero la foto que la representa es incorrecta. Se suele representar con un módulo prefabricado, que es una solución adecuada para casos y espacios muy puntuales. La verdadera industrialización pendiente, la que tendrá un impacto permanente en nuestras construcciones y proyectos, es la de la información y los procesos. Nosotros llevamos varios años invirtiendo en el desarrollo de herramientas que nos permitan trabajar con el dato único, en conectar nuestro set de software con un proceso único. Hacer partícipes a todos los agentes intervinientes en el proceso edificatorio en una única base de datos unívoca, fiable, colaborativa… es el camino que nos hemos marcado y el que creemos que puede transformar todo el proceso edificatorio en un proceso fiable, transparente, trazable.

¿En qué proyectos estáis trabajando?
César: Estamos desarrollando entorno a 70 proyectos, los más reseñables, varios estadios de fútbol y ciudades deportivas, varios masterplanes desde la óptica de tejer trama urbana, edificios corporativos, oficinas, aterrazadas, por supuesto, colivings, coworkings, hoteles, apartahoteles, residencial comunitario, CPD´s, esperamos seguir sumando en breve hats tener 6 de las 50 torres más altas de España y por supuesto BTR muy aquilatado y BTS en sus distintas versiones… desde el lujo más exclusivo a las viviendas más modestas, pero siempre diseñadas desde el cariño a esta maravillosa vocación… como cosas menores pero curiosas, seguimos diseñando las bandejas del equipo nacional en el Bocuse dÓr, estamos realizando un proyecto que se va a imprimir en 3D, una casa del árbol de 15000 m2, pérgolas que se construyen con los mismos perfiles que las montañas rusas, la torre más bajita del mundo, un arrecife de cemento, una vivienda invisible, un árbol habitado… no nos aburrimos.
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