Blancafort-Reus Arquitectura es un estudio fundado y dirigido por Jaume Blancafort y Patricia Reus. Desarrolla proyectos arquitectónicos que abarcan un gran abanico de formatos y campos; desde el diseño de mobiliario para una exposición hasta la concepción espacial de una infraestructura como es una terminal de aeropuerto; pasando por viviendas de protección oficial o planes urbanísticos.
Han sido distinguidos con numerosos premios como los AR Awards for Emerging Architecture, Premios AJAC, los Premios de Arquitectura de la Región de Murcia, Premios Endesa, o el Premio de Arquitectura de las Comarcas de Girona, así como han sido premiados en varias ocasiones por los FAD, entre otras distinciones.
«El habitante o usuario final de nuestras intervenciones es, junto al entorno, el centro del desarrollo del proyecto»
¿Cómo se unen vuestros caminos?
Patricia:En el 2001 Jaume fue a Murcia invitado por el COAMU a contar unos proyectos del 10×15 col•lectiu, entonces ya habían ganado varios premios FAD con sus montajes. En ese momento algunos arquitectos de la sala nos interesamos en participar en el evento del “Temps de Flors” que se celebra en Girona.
Jaume: Les facilitamos esa posibilidad y en el 2002 un grupo de arquitectos murcianos realizaron una instalación en el festival. Se inició allí una buena relación. Algunos empezamos a colaborar y en 2004, Patricia Reus (Murcia) y Jaume Blancafort (Barcelona), fundamos blancafort-reus arquitectura.
¿Cómo ha influido vuestra experiencia –Jaume, con estudio propio en Barcelona, y Patricia, colaborando junto a José María Torres Nadal y Martín Lejarraga- a la hora de poner en marcha el despacho?
Jaume: El hecho de montar estudio propio justo al acabar la carrera te obliga a solucionar un batallón de problemas burocráticos, administrativos, legales, económicos, etc. que nadie te ha contado en la escuela pero que debes resolver si quieres seguir adelante. Eso, te da soltura para enfocar la resolución de cuestiones a nivel profesional de empresa. Pero lo que más aprecio y creo que más aporta a nuestro entendimiento como equipo creativo, es mi experiencia en el 10×15 col·lectiu. Empezamos 4 amigos, que rápidamente nos ampliamos a 8 y llegamos a ser 12. Participando en ese colectivo pluridisciplinar que de manera puntual actuaba en la escena arquitectónica de Girona o Barcelona, aprendí a formar equipo horizontal turnando roles (energía, líder, apoyo, manitas, loco, fuerza física, intendencia, comunicación, cocina, oreja o lo que surgiera), compartiendo batallas colectivas y siempre empujando a la acción.
Patricia: Con Torres Nadal colaboré como estudiante, desde segundo de carrera, me pasaba por su estudio en vacaciones, fue una experiencia muy enriquecedora que sin duda iba complementando mi paso por la universidad. Con Martín Lejarraga trabajé ya como arquitecta. Con el aprendí muchísimo porque me dio la oportunidad de participar en casi todas las facetas del proyecto, desde la concepción hasta la ejecución de la obra. Un lujo compartir su formidable forma de hacer.
¿Cómo ha influido vuestra experiencia –Jaume, con estudio propio en Barcelona, y Patricia, colaborando junto a José María Torres Nadal y Martín Lejarraga- a la hora de poner en marcha el despacho?
Jaume: El hecho de montar estudio propio justo al acabar la carrera te obliga a solucionar un batallón de problemas burocráticos, administrativos, legales, económicos, etc. que nadie te ha contado en la escuela pero que debes resolver si quieres seguir adelante. Eso, te da soltura para enfocar la resolución de cuestiones a nivel profesional de empresa. Pero lo que más aprecio y creo que más aporta a nuestro entendimiento como equipo creativo, es mi experiencia en el 10×15 col·lectiu. Empezamos 4 amigos, que rápidamente nos ampliamos a 8 y llegamos a ser 12. Participando en ese colectivo pluridisciplinar que de manera puntual actuaba en la escena arquitectónica de Girona o Barcelona, aprendí a formar equipo horizontal turnando roles (energía, líder, apoyo, manitas, loco, fuerza física, intendencia, comunicación, cocina, oreja o lo que surgiera), compartiendo batallas colectivas y siempre empujando a la acción.
Patricia: Con Torres Nadal colaboré como estudiante, desde segundo de carrera, me pasaba por su estudio en vacaciones, fue una experiencia muy enriquecedora que sin duda iba complementando mi paso por la universidad. Con Martín Lejarraga trabajé ya como arquitecta. Con el aprendí muchísimo porque me dio la oportunidad de participar en casi todas las facetas del proyecto, desde la concepción hasta la ejecución de la obra. Un lujo compartir su formidable forma de hacer.
Museo Chillida Lantoki, Legazpi (Guipúzcoa) | Tienda TITIS CLOTHIG (Murcia) | 44 VPO en Pont de Vilomara y Rocafort (Barcelona) |
El estudio opera desde Barcelona y Murcia. ¿Cómo se lleva este radio de acción al margen del eje Madrid-Barcelona que practican los principales despachos del país?
Pues nos sentimos periferia española, pero corazón del arco mediterráneo. Además estamos muy cómodos instalados en la doble nacionalidad cultural.
Eso sí, a nivel geográfico, la mala comunicación física que hay entre Barcelona y Murcia, bueno entre Murcia y el resto del mundo, nos ha obligado a desarrollar una gran capacidad de movilidad y flexibilidad que nos permite no renunciar, por pequeño que sea, a proyectos interesantes por toda la península.
En blancafort-reus habéis realizado desde proyectos de arquitectura efímera, a urbanismo y paisaje, viviendas y equipamientos. Quien se acerque a estos proyectos ¿Qué gestos compartidos encontrará?
Creemos que no se nos puede reconocer por un estilo formal o una materialidad específica, pero sí por los resultados de aplicar un método en el que el habitante o usuario final de nuestras intervenciones es el centro del desarrollo del proyecto, evidentemente teniendo siempre en cuenta también el entorno social y físico donde se insertan.
Intentamos que el habitante, entendido tanto como el que habita una casa como el que utiliza una plaza, un museo, un aeropuerto, etc., se sienta muy bien en nuestros proyectos.
No entendemos la arquitectura sin personas. La arquitectura nos cobija, nos acompaña y es el escenario de nuestra actividad, y puede conseguir que esta actividad se realice de la mejor forma posible, ese es nuestro objetivo. Evidentemente no se reduce a una cuestión de esquemas funcionales, creemos que la belleza, entendida en un sentido amplio, como ética y estética, dignifica.
Estamos convencidos que el nuestro, es un oficio que afecta directamente a la calidad de vida y por lo tanto ponemos todo nuestro empeño en intentar realizarlo de forma excelente.
«Hemos de ofrecer un servicio a la sociedad, si se entiende esto, podemos mejorar la calidad de vida de las personas y formar parte activa de la evolución social.»
¿Qué proyectos tenéis en marcha actualmente?
En estos momentos estamos inmersos como en tres mundos que discurren en paralelo confluyendo y enriqueciéndose los unos a los otros.
Tenemos la actividad docente e investigadora cuyos ámbitos de interés están centrados en el patrimonio arquitectónico, la sostenibilidad, la eficiencia energética, la participación ciudadana o las artes escénicas como herramientas en la construcción de la ciudad. En estos momentos los dos estamos desarrollando la tesis doctoral.
A nivel sociocultural seguimos colaborando con el Centro Cultural Puertas de Castilla a través del área de Medio Urbano. Con ellos coordinamos ciclos de conferencias, acciones urbanas, etc…Ahora mismo estamos trabajando en la publicación de un libro.
Y por supuesto, sigue en marcha el trabajo de estudio entendido de la forma más convencional, con varios proyectos de vivienda unifamiliar, alguno plurifamiliar que va a paso lento, reformas para locales comerciales, pequeñas y estimulantes rehabilitaciones, etc.
Habéis tenido presente la actividad docente y de investigación como un factor fundamental de aprendizaje y crecimiento. ¿Qué intentáis transmitir a vuestros alumnos y qué os reporta esta dedicación?
Pues intentamos transmitir fundamentalmente el compromiso con la profesión. Los arquitectos hemos de ofrecer un servicio a la sociedad, si se entiende esto, podemos mejorar la calidad de vida de las personas y formar parte activa de la evolución social.
La docencia nos enriquece mucho. A nivel personal tenemos la posibilidad de conocer a gente magnífica y a nivel profesional nos hace ser más exigentes con nosotros mismos y estar al día de las últimas novedades y tendencias, que nunca está de más conocer.
¿Consideráis que la sociedad actual precisa de arquitectos con una visión diferente?
Como hemos dicho antes, pensamos que hacen falta arquitectos comprometidos con su profesión y el mundo en el que viven.
Fotografías: Pedro Pegenaute / Joaquín Zamora / MuB Foto / David Frutos