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El despacho SUMO Arquitectes se funda en 2007 en Barcelona liderado por Jordi Pagès, Marc Camallonga y Pasqual Bendicho, con más de 15 años de experiencia principalmente en edificación pública, docencia e investigación. Han ganado varios primeros premios en concursos que van desde un centro cívico en Argentona, la ampliación y reforma de un IES en Camarles, la rehabilitación del Centro Fraternal de Òdena o un edificio público multifunciona en el Poblenou de Barcelona (premio Endesa a la promoción no residencial más sostenible). Actualmente tienen en marcha un gran complejo d’equipamientos públicos en Vil·la Urània en Barcelona , entre otros.

«Buscamos transmitir rigor entendido como intensidad, propiedad y precisión»

 

¿Por qué quisisteis ser arquitectos?
Jordi Pagès: La verdad es que nunca tuve una vocación muy marcada, con 17 años me interesaban cosas muy variadas (a veces claramente incompatibles). Siempre me gustó dibujar y la arquitectura parecía un buen “refugio” para alguien con diferentes inquietudes.
Marc Camallonga: Desde que tengo uso de razón, siempre he afirmado que quería ser arquitecto y aun no me explico por qué, porque nadie en mi familia ha sido arquitecto o técnico de ningún tipo. Con el tiempo, supongo que lo que siempre me ha atraído de la profesión de arquitecto es el equilibrio entre formación técnica y artística.
Pasqual Bendicho: En mi caso por las ganas de aprender a construir. Estudiar y entender el porqué de las cosas. Como y porque están hechas de una determinada manera y no de otra. El dibujo como medio de expresión y comunicación de ideas. El carácter pluridisciplinar de la arquitectura era la respuesta a todas estas inquietudes.

Tras colaborar en diferentes despachos, ¿qué os llevó a fundar SUMO Arquitectes en 2007?
La colaboración en diferentes despachos te permite aprender la profesión a base de práctica pero al cabo de un tiempo, cuando empiezas a entender el proceso arquitectónico te das cuenta que hay muchas formas de afrontar los proyectos.
SUMO Arquitectes surgió como respuesta a la necesidad de los tres socios de tomar las riendas sobre nuestro trabajo futuro. La voluntad de afrontar nuestras propias decisiones, asumir los errores que podamos realizar y crecer y mejorar a partir de su análisis e interiorización.

A lo largo de estos años de actividad, ¿en qué ha cambiado vuestra forma de afrontar los proyectos arquitectónicos?
Creemos que lo que hemos cambiado es el propio proceso, ya que hemos tenido que aprender a confrontar opiniones y planteamientos distintos, combinándolos, puliéndolos y generando un resultado mejor. La visión poliédrica que nos proporciona el hecho de ser tres socios, con tres personalidades distintas, es un valor añadido al resultado final.
A nivel documental, la normativa actual y la que conocimos al inicio de nuestra actividad como arquitectos ha cambiado muchísimo. El tiempo en que un proyecto lo definían una breve memoria, unos buenos planos (formato A1) unas mediciones con su presupuesto y un pliego de condiciones ha pasado a la historia. Hoy en día los arquitectos nos hemos vuelto una especie de gestores-auditores de nuestro propio trabajo. La cantidad de documentación que generamos en cada proyecto es descomunal (dudo que nadie se lo lea a fondo nunca) pero lo que más nos entusiasma es el proceso proyectual que a pesar de todos estos cambios, sigue la misma lógica que siempre hemos seguido. Si bien es cierto que ahora hay muchos más parámetros a tener en cuenta.

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Proyecto del Centro Fraternal en Òdena Edificio público multifuncional en el Poblenou (Barcelona) Complejo de equipamientos en Vil·la Urània (Barcelona) 

¿Qué características comunes encontraríamos en vuestras obras y proyectos?

Seguramente, una característica común en todos nuestros proyectos, es el equilibrio constante entre el mundo de proyectos excesivamente ensimismados en ellos mismos y el mundo de la tecnología pura y dura.
Nos gustaría llegar a este equilibrio, llegar a construir utopías desde la precisión de la tecnología, sin excesos.

¿Qué intentáis que transmitan vuestros edificios?
Rigor. Rigor entendido cómo Intensidad, Propiedad y Precisión. Nos gusta pensar que los edificios que proyectamos puedan ser apreciados tanto por el usuario, en su uso diario, cómo por el profesional técnico. En dos lecturas distintas pero, para nosotros, totalmente complementarias.
En el despacho habéis desarrollado principalmente viviendas y equipamientos públicos. ¿Cómo habéis intentando contribuir con vuestros proyectos a la mejora de la calidad de vida de los usuarios?
Los edificios que desarrollamos y construimos desde el despacho los pensamos para el usuario final, desde la zonificación y organización de usos, la formalización de espacios y volúmenes y la ejecución precisa del detalle. Nos gusta pensar que estos edificios son cómodos. Que el usuario lo viva plenamente, sin tener que preocuparse de nada superfluo.

Junto a Yolanda Olmo habéis realizado recientemente un edificio público multifuncional en Sant Martí, que fue recibió el Premio Endesa al edificio no Residencial Más Sostenible. ¿Qué criterios aplicasteis para lograr la eficiencia y sostenibilidad en un proyecto como éste?
Para nosotros, los criterios más importantes y que intentamos aplicar en todos nuestros proyectos, son los tradicionales, la protección pasiva del edificio: buena orientación de los espacios, buen diseño de la envolvente, control de las oberturas, protección solar en las fachadas más expuestas y creación de patios para favorecer las ventilaciones cruzadas.
El estudio pormenorizado de las condiciones concretas del lugar, (a nivel de radiación, orientación, localización,..,) nos llevan a proponer una serie de soluciones constructivas, que colaboran de manera pasiva en la alta eficiencia energética del edificio. Estas soluciones propuestas, incluyen la construcción de fachadas ventiladas de hoja Interior ligera que permiten reducir la transmitancia térmica muy por debajo de los niveles normativos y Cubiertas ventiladas transitables con pavimento continuo para los patios de juegos que favorecen el aislamiento acústico y la disipación de la radiación solar.
Se ha optado por sistemas altamente industrializados, de rápida ejecución y pocos residuos en obra.
A todas estas soluciones pasivas, añadimos la implementación de unas instalaciones de alta eficiencia con la conexión a la red urbana de Districlima (Heating and Cooling) así como sistemas de ventilación con recuperación de calor.

«Nos esforzamos en que los edificios que proyectamos puedan ser apreciados tanto por el usuario, en su uso diario, cómo por el profesional técnico. En dos lecturas distintas.»

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¿En qué proyectos estáis trabajando actualmente?

Actualmente, estamos trabajando en la construcción del Complejo de Equipamientos en Vil·la Urania. Un equipamiento público que se enmarca en los edificios nZEB, edificios de consumo energético casi nulo. Situado entre las calles de Saragossa y Vía Augusta de Barcelona, de crujía muy estrecha, adosado a una enorme medianera y con siete niveles, en el que conviven un Casal para la gente mayor, una Ludoteca, un Casal para Jóvenes, y un Centro Cívico. Lo que más nos ha interesado de este proyecto es plantearnos cómo construir un edificio de estas características en un solar estrecho, entre medianeras y conviviendo con una Villa de finales del S.XIX, sacándole el máximo provecho al emplazamiento y al entorno. Reorganizando el programa hemos introducido un invernadero adosado a la fachada en toda la altura que permite, además de introducir vegetación en el edificio, conseguir espacios intermedios bioclimáticos reduciendo drásticamente la demanda de energía del edificio.
Por otro lado, un proyecto permanente e inacabable, es la búsqueda activa de encargos mediante la participación en numerosos concursos públicos, fuente principal de los trabajos realizados en el despacho.

Habéis combinado vuestra labor en el despacho con la investigación y la docencia. ¿Qué os han aportado estas dos áreas a vuestro trabajo como estudio?
El contacto con la universidad te permite tener una doble perspectiva de la profesión. Por un lado tenemos la realidad del estudio, que suele superar a la ficción, y del otro la utopía y las inquietudes de los estudiantes que suelen rebosar entusiasmo. Esta doble visión nos enriquece como despacho a la vez que nos obliga a ponernos al día en el mundo global al que estamos sumergidos. Por otro lado la impresión 3D y las nuevas tecnologías en general nos permiten aproximarnos a los proyectos desde un nuevo ángulo.

¿Cuál creéis que debe ser el papel del arquitecto hoy en día?
Hoy en día, el arquitecto, una vez abandonado el “autismo” de los últimos tiempos y habiendo interiorizado ya, el papel de gestor de personas, procesos, programas y normativas, tiene que recuperar su vertiente más propositiva. No dar nada por hecho y abrir todas las posibilidades a la sociedad, desde la precisión y la profesionalidad.