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Garmendia arquitectos es un estudio de arquitectura ubicado en Bilbao y fundado en 1981 por Pedro Garmendia Menchaca (Arquitecto ETSAU Navarra 1981) y Carlos Garmendia Menchaca (Arquitecto Técnico EPSE Barcelona 1981).

A lo largo de estos más de 30 años de labor profesional, este estudio ha llevado a cabo más de 3000 proyectos de reforma de edificios y locales, cientos de proyectos de vivienda, tanto unifamiliar como plurifamiliar, y numerosos y diversos equipamientos, incluyendo polideportivos, edificios de oficinas y conjuntos escolares entre otros.

 

«Cuando un cliente ve terminada su obra y se siente orgulloso de ella resulta enormemente gratificante»

 

¿Qué lleva a dos hermanos a fundar su propio despacho de arquitectura en 1981?
Hacía poco tiempo que ambos habíamos acabado la carrera y vimos que en nuestra ciudad existía el potencial suficiente para poder empezar con el estudio, por suerte y tras mucho esfuerzo, después de más de 30 años podemos decir que el tiempo nos dio la razón.

¿Qué os influyó más en vuestros primeros años de andadura?
Como todos los inicios, abrirse camino no fue fácil, intentar que los clientes confiaran en dos jóvenes que acababan de salir de la universidad se conseguía a través del esfuerzo y de muchas horas de trabajo, esto hacía que compaginar en esos primeros años la familia y el trabajo fuera duro, trabajábamos cada día de la semana, aprovechando sábados y domingos para visitar las obras más alejadas.

 

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Centro educativo en Navarra Sucursal bancaria en Bilbao

Durante estos más de 30 años habéis realizado proyectos de todo tipo (cientos de viviendas, numerosos y diversos equipamientos, incluyendo polideportivos, edificios de oficinas y conjuntos escolares entre otros). ¿Qué tienen en común todos ellos?
Precisamente las diferencias que existen en cada proyecto hace que su nexo de unión sea la capacidad que se tiene para adaptarse a las necesidades de cada uno de ellos. Al final, el espíritu con el que te enfrentas a cada proyecto, sea éste más agradecido o menos, es el que hace que todos lleguen a buen término en mayor o menor medida. Parte del atractivo de esta profesión es esa «novedad» que implica cada nuevo trabajo, la convierte en una experiencia nueva cada día y ayuda a renovar en cierta manera la ilusión por seguir.

¿Qué intentáis que vuestros trabajos transmitan a sus usuarios?
Sobre todo satisfacción, la mayor parte de nuestro trabajo va destinado a clientes privados y muchos de ellos, a particulares. Esto implica en algunos casos una mayor dificultad a la hora de hacer entender nuestra visión pero al mismo tiempo provoca que el trato sea mucho más personal, y cuando un cliente ve terminada su obra y se siente orgulloso de ella resulta enormemente gratificante. Al final, nuestro trabajo lo reciben directamente las personas y si las primeras implicadas están felices con el resultado, imagínate nosotros.

¿En qué proyectos estáis trabajando actualmente?
Tenemos la gran suerte de poder decir que ahora mismo contamos con bastantes proyectos abiertos en diferentes fases. Antes de verano terminarán las obras de un nuevo complejo deportivo, varios locales de hostelería y un par de viviendas, también estamos en proceso constructivo de varias rehabilitaciones energéticas de fachadas, y proyectos de eliminación de barreras arquitectónicas, todo ello en Bilbao. A esto se suma el, esperemos, inminente inicio de un edificio de oficinas también en Bilbao, la reforma de una sede bancaria en Madrid y, si todo va como pensamos, el comienzo el año que viene de las obras de un centro escolar en Pamplona.
La verdad es que, con los tiempos que corren, poder enumerar tantos proyectos nos hace sentir tan orgullosos como afortunados.

 

«No se debe perder la perspectiva de que los espacios son para los ciudadanos y en base a sus necesidades deben girar las decisiones.»

 

Habéis establecido la ciudad de Bilbao y su entorno como centro operaciones. ¿Qué ofrece al arquitecto esta ciudad y cómo os influye a la hora de intervenir en ella?
Bilbao ha tenido la suerte las últimas décadas de contar al frente de sus administraciones con gente enérgica y trabajadora y eso se ha visto reflejado en el desarrollo de la ciudad. Si bien existen los mismos problemas de imagen sobre la figura del arquitecto como tal que en otras partes, las ganas de la sociedad bilbaína por avanzar y mejorar ha hecho que nuestra profesión se haya convertido en agente importante de este cambio. La ciudad lleva años en constante evolución, y creemos que seguirá así más tiempo, esto conlleva que los arquitectos y arquitectas debamos dar un paso al frente y, dentro de nuestras competencias, saber aportar nuestros conocimientos para que este desarrollo sea lo más adecuado posible.

Bilbao es un claro ejemplo de transformación, especialmente en los últimos años. ¿Hacía dónde debería dirigirse ahora la atención?
Bilbao sigue inmersa en un proceso de transformación, pero esta transformación de la que hablamos debe empezar desde la propia historia de la ciudad, mantener la identidad y trabajar sobre la esencia de una ciudad con mucho carácter. No se debe perder la perspectiva de que los espacios son para los ciudadanos y en base a sus necesidades deben girar las decisiones. Lo más difícil ya se ha conseguido y se ha superado un cambio de modelo, ahora hay que asentar esas transformaciones y seguir trabajando lentamente en cómo hacer que Bilbao sea todavía mejor.

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Una de vuestras áreas en las que tenéis más experiencia es en la arquitectura corporativa y comercial trabajando en infinidad de proyectos de hostelería, ocio y con las principales marcas que se han implantado en ciudad. ¿Qué es lo que un arquitecto ofrece a este tipo de clientes con su visión?
Este impulso del que hemos hablado ha conllevado que numerosas marcas nacionales e internacionales se fijen en Bilbao como punto estratégico y, como siempre que alguien viaja a un lugar distinto del suyo, necesita un apoyo local; la cultura, las costumbres, las gestiones, todo tiene sus particularidades según su contexto y nosotros tratamos de aportar nuestros conocimientos y experiencia para hacer que ese aterrizaje en Bilbao sea lo más exitoso posible.
No es lo mismo construir o crear un negocio en Bilbao que en otra ciudad y, del mismo modo que cuando nosotros salimos fuera a trabajar siempre nos apoyamos en compañeros del lugar, cuando esto se produce a la inversa intentamos resultar un pilar básico para llevar a efecto todo tipo de proyectos.

¿Cuál creéis que será el papel del arquitecto con una sociedad tan cambiante?
La figura del arquitecto como tal debe adaptarse a las necesidades de la sociedad puesto que su trabajo va directamente dirigido a las personas y si la sociedad cambia, el arquitecto está obligado a cambiar con ella.
El papel que debe tener es el de tratar de mejorar la vida de estas personas, sea a la escala que sea, ése es nuestro papel y nuestra obligación moral y profesional.