Núria y Jordi Oliveras Boix son hermanos y arquitectos por la ETSAB UPC. En el año 2003 deciden «autoconstruir» su primer despacho e inician su actividad a través de la participación en concursos. Desde entonces Oliveras Boix Arquitectes ha desarrollado proyectos y obras, principalmente para la administración pública, por los que han obtenido diversos premios y menciones. También han desarrollado trabajos en el ámbito del urbanismo y han participado en la edición de diversas publicaciones y trabajos de investigación en los ámbitos de la ciudad, la vivienda, la sostenibilidad y la accessibilidad. Su modo de proyectar sitúa siempre al usuario final en el centro de un proceso creativo y de investigación donde el interés por el detalle, los procesos constructivos y la optimización de los recursos juegan un papel clave.

«Siempre hemos sentido responsabilidad a la hora de proyectar edificios públicos.»

 

Fundáis el despacho en 2003 en Barcelona. Ahora que han pasado más de dos décadas, ¿cuáles han sido los principales cambios y cuáles han sido las constantes?
En los últimos 20 años nuestra profesión ha vivido inmersa en una renovación de todo el marco normativo, muy especialmente el que atañe a los aspectos de sostenibilidad y eficiencia energética. Estas nuevas exigencias han modificado, en parte, la forma de proyectar y de pensar los edificios. Por otro lado, la apuesta por la rehabilitación y la transformación del parque existente ha sido una tendencia que en aquel momento empezaba y que en este tiempo se ha consolidado y sigue claramente en aumento. El 80% de los proyectos que hemos desarrollado a lo largo de estos años han sido de rehabilitación o cambio de uso.

Hace diez años defendíais como principales valores de vuestro estudio la simplicidad, el rigor y el compromiso, así como el interés por el proceso constructivo, los detalles y los oficios. ¿Se mantiene esta apuesta? ¿Qué nuevos valores habéis incorporado a vuestra manera de desarrollar la arquitectura?
Nuestros valores siguen siendo los mismos. Si tuviéramos que hablar de algún cambio o evolución probablemente sería la apuesta por la sostenibilidad y la eficiencia energética dentro del compromiso medioambiental. Este compromiso se ha integrado, desde el primer momento, en el proceso de proyecto como una nueva exigencia a la que hay que dar respuesta desde la arquitectura, sin dilación.

Desde el inicio habéis puesto énfasis en la rehabilitación y la transformación del parque edificado. ¿Cuáles son los principales retos que os encontráis a la hora de reciclar un edificio y dotarlo de nueva vida?
Precisamente, una de las principales dificultades a menudo es conseguir que los edificios cumplan con las nuevas exigencias en materia de eficiencia sin perder su esencia y valores arquitectónicos. Es algo especialmente delicado cuando se está trabajando con edificios singulares o de carácter patrimonial.

En vuestro portfolio abundan los equipamientos públicos (bibliotecas, guarderías, casals de barri o centros de salud). ¿Sentís una presión especial al proyectar edificios que van a formar parte activa de la vida de la ciudadanía?
Siempre hemos sentido responsabilidad a la hora de proyectar edificios públicos. Por un lado, porque se financian con el dinero de todos y por otro porque repercuten directamente en la calidad de vida de las personas. A menudo estos edificios suponen la respuesta a muchas expectativas y largas reivindicaciones. Es muy gratificante ver cómo un nuevo equipamiento cobra vida en el momento en que los ciudadanos empiezan a utilizarlo y a hacerlo suyo.

¿Qué importancia le dais a reducir la huella ecológica de vuestros proyectos?
Es un tema muy importante que debe estar presente en el proyecto desde sus etapas más iniciales. Por ejemplo, decisiones como el posicionamiento, la volumetría, escoger la tipología estructural o definir el volumen de excavación de un proyecto se toman muy al inicio y tienen una enorme repercusión en la huella de carbono de ese edificio. El uso de materiales de bajo impacto ecológico, como la madera, o de materiales reciclados y reciclables también es otro aspecto que tenemos muy en cuenta. Recientemente hemos finalizado la rehabilitación de Can Carol en que toda la estructura es de madera CLT.

Ateneu de Fabricació de Gràcia (Barcelona). Fotos: José Hevia

Uno de vuestros últimos trabajos ha sido el Ateneu de Fabricació de Gràcia -que además fue finalista en el Premio A+ al mejor proyecto de oficinas y espacios de trabajo-. ¿Qué caracteriza a este espacio?
Se trata de la rehabilitación integral de una antigua nave industrial entre medianeras en la cual se ha implantado un nuevo espacio dedicado a la fabricación digital. La nave era un espacio diáfano con una cubierta a dos aguas formada por cerchas de madera que se han restaurado y reforzado. Dentro se han construido una serie de habitáculos autoportantes, también de madera con una estructura del tipo “balloon frame”. El objetivo era seguir percibiendo el espacio en su totalidad y a la vez disponer de estancias flexibles de acuerdo al programa solicitado. Es un proyecto donde se ha priorizado la construcción en seco y en taller, la reducción de los residuos de obra y la reducción de la demanda energética. En este sentido se ha apostado por un uso eficiente de la ventilación natural. Mediante unos lucernarios automatizados y controlados por el sistema de gestión se consiguen unas óptimas condiciones interiores con el mínimo gasto energético.

Cuando os enfrentáis a proyectos de viviendas VPO como en Manacor, ¿qué innovaciones aplicáis para que las viviendas respondan a las demandas de la sociedad?
Pues en este proyecto hubo una apuesta clara por potenciar los espacios comunes. El acceso a las viviendas se realiza a través de pasarelas exteriores que a la vez funcionan como espacios de relación y como una extensión del espacio interior de las viviendas. Es una decisión que potencia
la interacción entre los vecinos y proporciona un plus de calidad a las viviendas. El proyecto, además, se enfoca en optimizar las condiciones de ventilación e iluminación natural para las viviendas. La orientación del edificio y la disposición de patios y pasarelas exteriores garantizan que cada rincón reciba luz y aire de manera eficiente. El edificio se compone de dos volúmenes de diferente altura, separados por un patio longitudinal orientado a Sur. Otro elemento destacado es la plantación estratégica de enredaderas y árboles de hoja caduca. Este espacio se transforma en un área sombreada y fresca en verano, mientras que en invierno recibe radiación directa, mejorando así las condiciones de confort interior y contribuyendo al ahorro energético.

Tenéis en marcha el concurso que ganasteis junto a Bach Arquitectes para la transformación de la antigua masía de Can Carreres en Nou Barris. ¿Qué objetivos os habéis marcado con este proyecto?
La masía está en medio del gran parque de Nou Barris. El nuevo equipamiento acogerá una guardería y un espacio de atención a la infancia y adolescencia. Uno de los grandes objetivos de este proyecto fue su integración en el paisaje del parque. Para ello se tomó la decisión de situar la guardería debajo de la masía, enterrada, de manera que no le quitara protagonismo ni visibilidad dentro del parque. El acceso y la entrada de luz se resuelven a través de una serie de patios.

¿En qué otros trabajos estáis inmersos actualmente?
Acabamos de terminar la rehabilitación de una biblioteca aquí en Barcelona y tenemos que empezar el proyecto de otra nueva en Tarragona. Tenemos en marcha una guardería en Palma de Mallorca y la rehabilitación de una pequeña casa del S.XVII dentro de un núcleo histórico. Y encima de la mesa, los estudios de viabilidad de un edificio muy singular en Barcelona para su transformación en equipamiento público. Y todo esto, lo vamos compaginando con la realización de concursos principalmente para la administración.

¿Cuáles son los desafíos que os estáis encontrando a la hora de sacar adelante los proyectos?
Siempre hemos estado centrados principalmente en la obra pública. En los últimos años la tramitación de los proyectos por parte de las administraciones se ha hecho cada vez más compleja. La multitud de entes que realizan la supervisión de los proyectos a menudo hacen que los tiempos de espera se alarguen, en ocasiones de manera exagerada. Esto dificulta muchísimo la gestión de los proyectos y sus equipos.

Biblioteca Alchemika (Barcelona) Foto: José Hevia

Casal Can Carol en Barcelona. Foto: José Hevia

Viviendas de Protección Oficial en Manacor (Mallorca) Foto: José Hevia

Biblioteca de Montbau (Barcelona). Foto: José Hevia