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Olga Tarrasó (Navarrés-Valencia, 1956) es arquitecta por la ETSA Barcelona y Master en Arquitectura del Paisaje por la Universidad Politécnica de Catalunya. Tarrasó lidera el despacho Espinás-Tarrasó junto a Julià Espinás (Barcelona, 1954, diseñador de interiores por la Escuela de Artes y Oficios de Barcelona y diseñador gráfico por la Escuela Eina.

Entre sus proyectos más destacados y premiados se encuentran  varias intervenciones que han cambiado la ciudad de Barcelona como son la Ronda del Mig , el paseo de la Barceloneta, la Rambla de Sant Andreu, la plaza del General Moragas  o el paseo Juan de Borbón-Pla Palau- Pla Correus, entre otros.  También son los autores del nuevo frente marítimo y paseo de Badalona, así como de proyectos recientes en Sant Cugat o Cerdanyola del Vallès. Una trayectoria que les ha permitido dar el salto reciente a Francia y a Marruecos.

 

«Entendemos la intervención en el espacio público como una estrategia urbana necesaria»

 

¿Qué despierta en vosotros el interés por la arquitectura para hacer de ella vuestra profesión?
Entendemos la arquitectura como la profesión que nos da la posibilidad de comprender y contribuir a definir el entorno físico en el que se desarrolla la actividad humana: el Paisaje. Nos da las herramientas que  permiten abarcar todas las escalas entre el diseño de los elementos que  conforman dicho paisaje y  las estrategias de inserción en la estructura urbana y territorial.Venís de mundos diferentes pero relacionados, como lo son la arquitectura y el paisajismo -en el caso de Olga- y el diseño de interiores y gráfico -en el caso de Julià-.

¿Como surge  el despacho EiT y como se complementan vuestras formaciones?
Además de socios, somos pareja. La voluntad de desarrollar juntos proyectos comunes nos vino dada, por un lado, al constatar la  afinidad en nuestras formas de entender los procesos de diseño y la complementariedad de nuestros enfoques y, por otro, por la necesidad de optimizar dedicación prácticamente total que comporta  esta disciplina.

 

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Exteriores de la nueva sede del Banc Sa badell en Sant Cugat del Vallès (Barcelona) Proyecto de un parque de 2 hectáreas sobre las cocheras del metro en Saint Ouen, en la conurbarción parisina (Francia)

El despacho se ha centrado en cuatro ámbitos como son: el paisajismo, la ordenación urbana, el diseño de objetos y mobiliario y la arquitectura efímera. ¿Por qué esta especialización?
El hecho de haber trabajado desde la administración en proyectos de importancia para la transformación de Barcelona, nos ha permitido adquirir una experiencia que ha facilitado posteriormente el acceso a otros proyectos similares en el dominio del espacio público en otros emplazamientos.
Nuestra incursión en el campo de la ordenación urbana (Puerto Urbano de Tánger, ZAC des Docks de Saint Ouen, Quartier Ivry Port Nord, etc.) va de la mano de una perspectiva de interacción entre lo exterior y lo interior,  del papel estructurante y organizativo que, entendemos, debe tener el espacio público y que permite crear un verdadero paisaje de la ciudad.
El trabajo sobre las diversas escalas nos obliga a definir al detalle los elementos que componen dicho paisaje, de ahí el diseño de elementos de mobiliario e iluminación.
La arquitectura efímera –en nuestro caso, diseño integral de exposiciones o montajes como el del congreso UIA Barcelona en 1996-, conlleva un intenso ejercicio de conocimiento y asimilación del contenido, para luego poder mostrarlo de forma clara, creando un paisaje propio que lo engloba y lo delimita.

En un contexto de boom constructivo como el vivido en los pasados años, ¿os considerabais unos extraños en el sector al prestar atención a lo que muchos descuidaban?
Despegamos en un momento en el que el espacio público se entendía como el factor básico generador de la cohesión urbana. La experiencia y el compromiso acumulados por el colectivo profesional, las administraciones y la ciudadanía durante los años 80 y primera mitad de los 90 dieron lugar a una cultura urbana del espacio público difícil de encontrar en otros lugares.
Las prioridades han sido distintas en los últimos años, los intereses han sido dirigidos en otras direcciones pero también han surgido nuevas problemáticas relacionadas con el espacio público: la reconversión de lo industrial en urbano, la recuperación de los bordes, nuevas estrategias de transformación que requieren de un trabajo a múltiples escalas. Cada nuevo ejercicio es un reto, de todos ellos aprendemos. Por supuesto, no nos sentimos nada extraños.

  

«Barcelona debe intervenir en los grandes ámbitos de discontinuidad: los bordes de Collserola, la relación del Poble Sec-Montjuïc, el corte urbano de la Gran Vía entre Sant Adrià y Glòries»

 

El paisajismo y la intervención en el espacio público, ¿qué camino tienen por recorrer hoy en día?
No entendemos la intervención en el espacio público como un trabajo de  embellecimiento de los espacios comunes, sino como una estrategia urbana necesaria. Es fundamental que la sociedad incorpore el concepto de paisaje en la cultura de la percepción.

Con proyectos destacados como la cobertura de la Ronda del Mig –en colaboración con Jordi Henrich- o el Paseo Marítimo de la Barceloneta (Premio FAD 1996), está clara vuestra contribución a una Barcelona de sus ciudadanos. ¿Hacia dónde consideráis que debe seguir creciendo la ciudad?
La ciudad no debería seguir creciendo, pero grandes ámbitos de discontinuidad como los bordes de Collserola, la relación del Poble Sec con Montjuïc, el corte urbano que supone la Gran Vía entre Sant Adrià y la Plaça de les Glòries y otros.

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Uno de vuestros últimos proyectos ha sido el nuevo Paseo Marítimo de Badalona –finalista en los pasados FAD-, los exteriores de la nueva sede de Banc Sabadell en Sant Cugat del Vallès o las dos plazas en el ámbito del Eix de la Ciència en Cerdanyola del Vallès. ¿Qué objetivos os marcasteis en estos proyectos del área metropolitana de Barcelona?

Son proyectos muy distintos… El proyecto de Badalona es entendido desde una escala local enclavada en la escala metropolitana. A ello responden sus objetivos de permeabilidad entre trama urbana y paisaje natural y su vocación de continuidad intermunicipal.
El proyecto del Banc de Sabadell, encargo privado, ha de resolver una cuestión representativa –espacio exterior de una nueva sede de la institución-, y un problema funcional, ya que es soporte de los recorridos entre los diversos accesos al edificio.
La mayor parte de la superficie está construida sobre la cubierta del centro de servicios: uno de los retos es llevar el paisaje del Vallés hacia este espacio interior, artificial.
Las dos plazas de l’Eix de la Ciència son proyectadas en un entorno que todavía no existe, fuertemente paisajístico por el momento. Serán espacios rodeados de edificios de servicios, naves con cuerpos de oficinas a fachada, pese a todo insertadas en el territorio de manera abierta. Éste es el mayor condicionante a la hora de afrontar el proyecto.

¿En qué proyectos estáis trabajando actualmente?
Actualmente estamos desarrollando el proyecto de un parque de 2Ha sobre las cocheras del metro en Saint Ouen, así como un estudio de estrategia urbana de remodelación del barrio de Ivry Port Nord, ambos en la conurbación parisina.
Durante este año comenzaremos también el proyecto básico de espacio público del frente urbano portuario de Tánger (13Ha).

 

Fotografías: Adrià Goula / Julià Espinás