01edra

Àngels Castellarnau es licenciada en Arquitectura por la ETSA Vallès, Universitat Politècnica de Catalunya y ha desarrollado su doctorado en Ámbitos de Investigación en Energía y Medio Ambiente en Arquitectura. Ha investigado la arquitectura tradicional y ha publicado numerosos trabajos e investigaciones a nivel internacional. Además, ha impartido talleres y ha participado como conferenciante en distintos países. También, ha diseñado lámparas y mobiliario. Edra Arquitectura km 0 forma parte de Edra Cultura y Natura junto con Edra Bodega, empresa vinícola, abordando proyectos que aúnan agricultura y arquitectura con criterios ecológicos.

 

 
«La arquitectura de Edra persigue la reducción del impacto ambiental, usando recursos locales para generar habitabilidad»

¿Por qué decides dedicarte a la arquitectura?
Siempre he tenido una mentalidad creativa y la arquitectura era una forma de canalizarla. Es una disciplina muy global y transversal que también es muy práctica. Te permite participar en la sociedad de una forma creativa.

En tus inicios trabajaste para Albert de Pineda, ¿qué aprendiste en estos primeros años de práctica laboral?
Aprendí a trabajar en equipo, que saca lo mejor de cada uno y el trabajo fluye de forma más fácil. 

En 2003 fundas tu propio despacho y posteriormente en 2009 cofundas otro estudio hasta en 2015 crear EDRA arquitectura Km0. ¿Cómo ha sido esta evolución profesional?
Ha sido una búsqueda para encontrar un lenguaje personal y una forma diferente de hacer arquitectura. En el proceso he ido depurando mis intereses y he ido evolucionando hacia la sostenibilidad, hasta llegar a fundar Edra Cultura y Natura. En Edra hemos podido aunar agricultura y arquitectura, y trabajar desde una perspectiva moderna en el mundo rural.

02 03 04
Exterior de la Casa de tapial en Ayerbe (Huesca) Interiores de la Casa de tapial en Ayerbe (Huesca) 

¿Qué caracteriza a EDRA arquitectura Km0 y qué buscáis aportar con vuestros proyectos?

La arquitectura de Edra persigue la reducción del impacto ambiental, usando recursos locales para generar habitabilidad. Por ejemplo, hacemos arquitectura en tierra, utilizamos materiales naturales como cal, lana de oveja, madera, etc.

¿Influye tener la sede operativa en Huesca, fuera del eje Barcelona-Madrid?
Sí, porque empezamos trabajando en el territorio, usando los recursos naturales de la zona. Quizá ha sido una ventaja, porque la naturaleza nos inspira y este tipo de arquitectura no habría podido desarrollarse en una ciudad. De todas formas, muchos de nuestros clientes vienen de grandes ciudades y lo que valoran es nuestra capacidad de adaptarnos a cada medio y a cada territorio. Igualmente, estudiamos recursos que pueden aplicarse en cualquier lugar, rural o urbano.

Uno de los objetivos de vuestra forma de trabajar es poner en valor las preexistencias y proyectarlas al futuro. ¿Cuál es la clave para poner en valor la arquitectura existente?
La arquitectura tradicional, que es la que nosotros solemos reformar, siempre suele estar ligada a su territorio, por los materiales y técnicas usadas, y porque suele adaptarse al medio. No somos intervencionistas, en cada proyecto lo que pretendemos es dar continuidad a este vínculo con el entorno, a la vez que renovamos el uso y proyectamos el edificio hacia el futuro. 

En paralelo a tu actividad profesional, has desarrollado una importante labor investigadora en el ámbito de la arquitectura bioclimática y sostenible. ¿En qué punto está nuestro país respecto a la consolidación de este paradigma?
La normativa española se va adaptando a la europea, que persigue una mejora en la eficiencia energética de los edificios. Pero nos queda mucho camino por recorrer en la reducción del impacto ambiental y la utilización de materiales locales. El uso de estos materiales permite que la población permanezca en el territorio, recuperar oficios tradicionales y ser más independientes de una producción globalizada.

 

«En cada proyecto lo que pretendemos es dar continuidad a este vínculo con el entorno, a la vez que renovamos el uso y proyectamos el edificio hacia el futuro«

05

 

Uno de los últimos proyectos realizados en el estudio ha sido la casa de tapial situada en el centro en Ayerbe (Huesca) que ha obtenido el premio Terra Award, Premio Internacional de Arquitectura Contemporánea en Tierra Cruda. Vuestro trabajo se ha impuesto a otros 350 proyectos. ¿Qué caracteriza a esta obra?
Recupera los sistemas tradicionales locales, generando la curiosidad de la comunidad por este tipo de técnicas, y de una forma competitiva y contemporánea. En este proyecto se han ensayado distintas técnicas constructivas, y el 80 % de los materiales son km 0. Además, se ha reducido el impacto ambiental y las emisiones de CO2 en más de un 50%. Se han integrado sistemas de captación solar pasiva, que sumados a la inercia de los muros de tierra, permiten un funcionamiento higrotérmico casi autónomo del edificio.

El despacho está trabajando en un hotel de cinco estrellas en Teruel y otro alojamiento turístico en Collbató. ¿En qué consistirán estos trabajos?
Son dos nuevos proyectos con tierra, pioneros en el sector del alojamiento turístico en España. En primer lugar, un edificio del siglo XIX situado en Monroyo, dentro de la turística zona del Matarraña (Teruel), que será transformado en hotel bioclimático de cinco estrellas, con 18 habitaciones, zona wellness y restaurante. También de tapial, emplearemos materiales locales. Instalaremos una caldera de biomasa y se aprovechará el calor con un invernadero. El otro proyecto consiste en la rehabilitación de una masía del siglo XVII en Collbató (Barcelona) para convertirse en un alojamiento turístico rural de 15 plazas. En este caso aplicaremos la técnica de bloques de tierra comprimida (BTC) que a su vez contará con un muro trombe. En ambos casos se trata de proyectos globales que buscan recuperar el vínculo del hombre con el territorio, interviniendo también con huertos, campos de olivos o viñedos.

¿Consideras que el camino de la arquitectura en los próximos años pasa por rehabilitar el patrimonio existente e intervenir en lo construido?
Sí, considero que nos podemos valer de lo preexistente para adaptarnos a los nuevos usos y necesidades. Es la forma de economizar recursos.

Fotos: Xavier d’Arquer (Doblestudio)