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ARQUITECTURA-G es un estudio de arquitectura con sede en Barcelona, dedicado principalmente a la edificación y a la docencia. Concibe su actividad como un trabajo en equipo, donde las individualidades se disuelven en una suma de formas de hacer.

El aspecto material es algo fundamental para el estudio, entendiéndolo como un campo de investigación. ARQUITECTURA-G trabaja aplicando las mejores  soluciones a medida,  alineándose con los objetivos del cliente,  y privilegiando las relaciones duraderas y personalizadas, basadas en la confianza. Actualmente el despacho abarca proyectos de pequeña escala y empieza una nueva etapa para acercarse a proyectos de más envergadura.
En el año 2006 los arquitectos Jonathan Arnabat, Jordi Ayala-Bril, Igor Urdampilleta y Aitor Fuentes fundaron ARQUITECTURA-G.

 

«Intentamos plantear proyectos que aprovechen la totalidad del espacio disponible»

 

¿Qué hizo que quisierais ser arquitectos?
Somos 4 socios con diferentes orígenes. Algunos de nosotros han tenido familiares relacionados con el mundo de la arquitectura y otros no, por lo que en algunos casos ya había cierto contacto desde la infancia. En cualquier caso, cuando nos llegó la edad de tomar la decisión de qué estudiar los cuatro elegimos arquitectura por cuestiones más bien irracionales relacionadas con la vocación. Esto sí que lo tenemos en común.

¿Qué os influyó más en vuestra etapa como estudiantes y cuál fue el primer golpe de realidad al iniciar vuestro propio despacho?
Hemos tenido profesores que nos han enseñado mucho, que en algunos casos nos han dejado bastante huella. Aun así, lo que más nos influyó fue el hecho de pasar muchas horas juntos durante la carrera, tanto en la Escuela como fuera de ella. Eso es lo que más marcó lo que somos hoy en día. Cuando iniciamos el despacho todavía éramos estudiantes, alquilamos un local para hacer el proyecto final de carrera y ahí hicimos también nuestros primeros proyectos.
El primer golpe de realidad fue el tener que enfrentarnos al contexto normativo, al mundo de los trámites y a la burocracia en general. Las normativas quizá pueden servir para evitar que se hagan barbaridades, pero también impiden soluciones que son totalmente razonables. Esta rigidez todavía nos impacta.
En ARQUITECTURA-G habéis realizado todo tipo de proyectos desde reforma de viviendas en el Born y en el Eixample, a diferentes proyectos de diseño de espacios expositivos, o incluso unas viviendas de emergencia para refugiados en el Sahara (Isótropo) o un plató de televisión. ¿Qué tienen en común proyectos tan diferentes y qué ideas intentáis que siempre estén presentes?
Independientemente del tipo de encargo o del programa, lo que estos distintos proyectos tienen en común es el proceso mediante el que han sido generados. Con el tiempo hemos desarrollado una serie de pasos por los que todo proyecto pasa. Quizás el más importante de estos pasos es el de construir una maqueta a escala 1:20. Son maquetas de gran tamaño que ayudan a tomar decisiones importantes de proyecto y de su materialidad. También son muy útiles para transmitir al cliente cómo es el proyecto.
No buscamos hacer un ejercicio estilístico que haga de hilo conductor entre distintos proyectos, aunque es probable que por coincidencias en el tiempo de desarrollo de dos proyectos éstos tengan aspectos en común.

 

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Rehabilitación de una vivienda entre medianeras en Cilleros (Cáceres) Reforma de una vivienda en Nou Barris (Barcelona) Reforma de una vivienda en el Putxet (Barcelona)

¿Qué emociones os gustaría transmitir a los usuarios de vuestros proyectos?
Hemos trabajado sobre todo con proyectos relacionados con la vivienda, y quizás por eso la sensación que más buscamos es el bienestar, el confort. La sensación de cobijo, poder sentirse recogido en un espacio concreto del proyecto pero a la vez siendo consciente del resto del mismo a nivel espacial.

En el despacho también realizáis una importante labor en el ámbito del interiorismo. De hecho en 2011 habéis creado INDOORS, una sección del estudio centrada en cómo reformular el interior de las viviendas. ¿Qué innovaciones deberían aplicarse en este ámbito para adaptar las viviendas a las nuevas formas de habitar de una sociedad cambiante?
Al principio Indoors nació como una sección de ARQUITECTURA-G centrada en la reformulación del interior de la vivienda, así como en la producción de mobiliario. Con el tiempo el proyecto de Indoors ha ido centrándose en el mobiliario y actualmente es una pequeña editora que vende piezas tanto de diseño propio como de diseñadores externos. Siempre nos ha interesado el mobiliario. En un proceso de diseño, ya sea una casa o una silla, hay cosas que se repiten y que, de algún modo, obedecen a las mismas leyes. Nos apetecía ahondar en el vínculo que históricamente se ha dado entre la arquitectura y el diseño de objetos. En estos momentos estamos trabajando en la nueva página web, que estará centrada exclusivamente en el mobiliario.
Respecto a los trabajos de reforma interior, intentamos plantear proyectos que aprovechen la totalidad del espacio disponible. No solo la sociedad es cambiante como decías, sino también las necesidades de una misma persona a lo largo del tiempo. Las parejas tienen hijos y una casa que tenía que acoger a dos personas tiene que acoger de repente a cuatro, pero luego se divorcian y es una casa para uno. Planteamos proyectos que den margen al habitante para decidir qué uso le da a cada estancia según sus necesidades, aficiones o gustos. Tienen que ser viviendas con una distribución que permita compartimentarse pero también estar comunicado, y con un tamaño de piezas suficiente como para poder poner una cama o un escritorio. La cuestión es que, independientemente de cuánta gente viva, se pueda aprovechar la casa al 100%.

¿En qué proyectos estáis trabajando actualmente?
Además del proyecto Indoors, somos profesores en la ESARQ, la escuela de arquitectura de la UIC, y colaboramos regularmente con la revista Apartamento Magazine, dirigiendo la sección de arquitectura.
En lo que se refiere a ARQUITECTURA-G, actualmente tenemos varios proyectos de reforma de vivienda en marcha en Barcelona y en el País Vasco. También estamos trabajando en viviendas unifamiliares en Sant Cugat,  el Ampurdán y el Pirineo, así como en el anteproyecto para un hotel. 

«Planteamos proyectos que den margen al habitante para decidir qué uso le da a cada estancia según sus necesidades, aficiones o gustos»

¿Cómo ha cambiado el papel del arquitecto en estos años y qué le demanda la sociedad hoy en día?
Su papel puede que sea a priori el mismo que ha tenido históricamente. Al arquitecto se le sigue educando desde la universidad para construir edificios, y eso es lo que la mayoría quiere hacer. Lo que pasa es que, por distintas causas, han coincidido en el tiempo dos factores que llevan a la profesión a reflexionar sobre su papel; la mayor cantidad de arquitectos/habitante de la historia y la nula capacidad de inversión en proyectos que impliquen arquitectos. Aquí no hablamos de grandes inversiones de obra pública, hablamos también del señor que quiere ampliarse una casa de campo pero que no puede.
Está claro que un arquitecto reúne aptitudes que le permiten hacer otras cosas que no sean puramente diseñar y construir, pero este cambio de paradigma será a la fuerza. Por ejemplo, si yo tengo una fábrica de rifles y hay una guerra, vendo mucho y me hincho a ganar dinero. Cuando se acaba la guerra no sé qué hacer, nadie necesita rifles y los que los necesitan no se los pueden pagar. Lo que tengo que pensar es qué sé hacer yo en realidad. Si pienso en que lo que sé es hacer rifles y sólo eso, estoy perdido. Sin embargo, si pienso que en realidad lo que sé es trabajar con tubos de metal, lo que antes eran cañones ahora pueden ser cuadros de bicicleta, y prácticamente con las mismas herramientas y conocimiento hago un producto totalmente distinto. Lo que pasa es que para eso te tiene que dar lo mismo hacer rifles o bicicletas, y eso no es fácil si eres un apasionado de una de las dos cosas.

05¿Hacia dónde creéis que nos dirigimos a corto y medio plazo?
Es difícil hacer predicciones en este sentido. Podemos hablar de nuestro caso concreto. Nosotros no hemos vivido la época de bonanza en la que todos los arquitectos tenían trabajo, todavía estábamos en la universidad. Cuando terminamos la carrera las cosas ya estaban más o menos como ahora a nivel económico. Tampoco habíamos trabajado en otros estudios antes, así que no tenemos ninguna situación anterior con la que compararnos a nivel profesional. Desde que comenzamos con ARQUITECTURA-G, estas son las reglas del juego en las que hemos tenido que aprender a movernos.
El contexto económico es el que es, pero aun así, podemos decir que año tras año el volumen de encargos que hemos ido recibiendo así como su tamaño ha ido aumentando. En ese sentido no podemos dejar de ser optimistas.

 

Fotografías: Adrià Cañameras / José Hevia