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El despacho AVA Studio está liderado por las arquitectas Ana Gallardo y Alejandra Carreras, quienes fundan este estudio barcelonés en 2006. En esta casi década de actividad han firmado diferentes proyectos residenciales y del ámbito de la educación y la cultura, así como trabajos de interiorismo como el nuevo Hotel Ayre Rosellón en Barcelona -junto a Lucho Marcial-. Uno de sus últimos trabajos, el edificio de viviendas en la calle Arizala de Barcelona, ha sido una de las obras seleccionadas por los Premios FAD 2015.

«Cada proyecto se aborda de manera única aunque siguiendo la misma metodología.«

¿Qué os llevó a querer formaros como arquitectas?
Ana: Escogí los estudios de arquitectura de forma poco consciente, simplemente porque cuadraban con mis intereses del momento, ya que tenían el lado más técnico y también el lado más artístico, pero no sabía lo que era la arquitectura. Fue a lo largo de los estudios cuando entendí y descubrí el acto de diseñar o proyectar arquitectura y lo que ello implicaba en la sociedad y eso fue lo que me acabó de enganchar a la profesión.
Alejandra: Al plantearme qué formación académica quería seguir -aunque entiendo que una profesión no necesariamente sigue una formación concreta dirigida- Arquitectura me atraía cómo formación- profesión con intereses amplios, que no sólo se basaba en formación técnica sino que abarcaba muchos otros campos.

Ambas habéis tenido una trayectoria similar al formaros en la ETSAB y completar vuestra educación en Francia en las escuelas de Versalles y de La Villette. ¿Qué ha supuesto este complemento formativo francés a la hora de desarrollaros como profesionales?
Cursar un año en Francia fue una oportunidad para estudiar en una escuela diferente de la ETSAB, que sigue otra línea de estudios y que por tanto es otra manera de preparar a los futuros profesionales. En mi caso por ejemplo, en la escuela se profundizaba mucho en las fases de análisis de los proyectos. Durante estos años hemos colaborado con arquitectos franceses en proyectos hoteleros con ocasión de comprobar cómo se traslada este aprendizaje a la profesión.

Tras vuestro paso por el despacho de Lucho Marcial Architects formáis en 2006 AVA Studio. ¿Qué os llevó a dar el paso para estableceros en sociedad?
Llevábamos años trabajando en equipo en el despacho de Lucho Marcial donde trabajábamos en proyectos de pequeña y gran envergadura desarrollando cada una de las fases del proyecto, desde la fase inicial al seguimiento de la obra. En el 2006 llegó la oportunidad de hacer frente a un encargo de una reforma de una vivienda unifamiliar. Vimos el momento de cambiar de etapa en nuestro desarrollo profesional y arrancamos AVA studio. A este primer encargo le sucedieron otros y consolidamos el estudio dándole dedicación completa.

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Edificio de viviendas en la calle Arizala de Barcelona, obra seleccionada en los Premios FAD 2015

El próximo año cumpliréis vuestra primera década como estudio. ¿Qué valoración hacéis de estos primeros años?

El balance final es positivo. Somos un estudio pequeño, que ha desarrollado su trabajo en un mercado que apuntaba crisis desde el principio. Así que vamos muy despacio, intentando mantenernos estables y trabajando en calidad más que en cantidad. A lo largo de estos años, hemos ido dirigiendo el enfoque de nuestra actividad hacia la rehabilitación y sostenibilidad, apoyándonos en formación específica.

En el despacho habéis desarrollado diferentes proyectos residenciales, así como el interiorismo del Hotel Ayre Rosellón en Barcelona (junto a Lucho Marcial), y varios proyectos en el ámbito de la educación y de la cultura. ¿Qué comparten todos estos trabajos y qué dicen de vuestra forma de afrontar los proyectos?
Lo que comparten nuestros proyectos es precisamente la forma de abordarlos.
Para empezar, entendemos dónde estamos proyectando, cuáles son las condiciones de partida y cuales las de llegada, los objetivos. Desarrollamos los proyectos trabajando con conceptos simples. Cada proyecto se aborda de manera única aunque siguiendo la misma metodología.
En reformas y rehabilitaciones está claro que partimos de lugares con memoria histórica y constructiva. Todo esto lo estudiamos, lo destilamos y nos quedamos con los elementos que nos parecen relevantes, los que creemos que han de seguir, siempre adaptándose al nuevo proyecto.

¿Qué os gustaría que vuestros trabajos transmitieran a los usuarios de estos espacios?
La mayoría de los espacios en los que hemos trabajado son lugares para habitar, trabajar o estudiar. Viviendas, aulas, hoteles. Más allá de una cuestión práctica, o de buen funcionamiento, los usuarios deberían sentirse cómodos en ellos. Nos gustaría que se los espacios se vivieran de forma natural, tranquila, y que de manera imperceptible transmitirán sensación de bienestar y confort.

Uno de vuestros últimos trabajos como es el edificio de viviendas en la calle Arizala de Barcelona fue seleccionado en los FAD 2015. ¿Qué innovaciones constructivas y de habitabilidad habéis introducido en este proyecto?
Sí, fue una grata sorpresa y nos sentimos muy felices por el reconocimiento, dado que es nuestra primera obra de vivienda colectiva. En este edificio, el elemento a destacar es la fachada textil, que consta de una fina piel de polivinilo que actúa de filtro y regula las vistas, la luz y la temperatura entre interior y exterior. La innovación está en el hecho de utilizar este tejido que normalmente se utiliza de screen o cortina en interiores y darle este papel protagonista en fachada, tensándolo en paneles móviles y llevando por tanto al límite sus prestaciones técnicas.

«Nos gustaría que se los espacios se vivieran de forma natural, tranquila, y que de manera imperceptible transmitirán sensación de bienestar y confort.»

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¿En qué proyectos estáis trabajando actualmente?

Estamos trabajando en varios proyectos de reforma, entre los que destaca la rehabilitación integral de un edificio de viviendas en el Ensanche de Barcelona y el proyecto de reforma de unas viviendas en hotel de categoría superior en el centro histórico de una ciudad manchega.
También estamos desarrollando el proyecto de una vivienda unifamiliar en la Cerdaña siguiendo criterios de sostenibilidad.

¿Hacia dónde creéis que se dirige la actividad del arquitecto en los próximos años?
Si pensamos en el largo plazo, no somos muy optimistas, ya que vemos la digitalización de los procesos irá poco a poco retirando la utilidad del arquitecto como técnico gestor o productor de documentación e incluso de creación de arquitectura, ya que el cliente ira adquiriendo cada vez más autonomía a la hora de diseñar, que consistirá en elegir opciones a partir de los parámetros de normativas, circulaciones, superficies, materiales, estilos…
Pero antes de llegar a esta situación, en el corto plazo creemos que la actividad o el papel del arquitecto se centrará, en Europa, en la rehabilitación sostenible de las ciudades, tanto a nivel de parque inmobiliario como de la propia ciudad y su espacio público, movilidad , etc.

Fotografías proyecto Arizala: Simon García