PARDOTAPIA es un estudio de arquitectura fundado por los arquitectos Bernardo García Tapia + Fernando Pardo Calvo con sede en Madrid. El ideario del estudio se basa en el entendimiento de la arquitectura como una disciplina que trasciende lo meramente técnico y productivo y se adentra en la materia de la experimentación, de la reflexión, de lo intuitivo y evocativo, de la interpretación de una arquitectura integrada y sostenible. A lo largo de sus más de 25 años de trayectoria, PARDOTAPIA debido a su gran experiencia en participación en concursos públicos ha obtenido contratos importantes y realizado obras públicas principalmente en el sector de la arquitectura sanitaria, equipamiento de cultura y edificios addministrativos; siendo dos de sus últimos proyectos la Sede del Centro Documental de la Memoria Histórica en Salamanca o la reforma y ampliación del Hospital Clínico Universitario de Valladolid.
«Siempre nos acercamos al hecho arquitectónico de la misma manera; nos interesa el espacio.»
¿Qué os llevó a querer hacer de la arquitectura vuestra profesión?
Bernardo: Acabé en la escuela de arquitectura por casualidad. Nunca tuve nada que ver con la arquitectura, lo juro. Ahora bien, yo siempre he sido de ciencias y se me daba bien el dibujo. Suficientes motivos para que una madre aprobara esta decisión.
Fernando: Siempre resulta difícil establecer los motivos que conducen a decidirse por un camino, y más cuando se le pide que lo haga a un joven. En este caso y después de un camino recorrido durante 30 años parece que, aún sin saber explicar los motivos, la decisión fue acertada y que según iban apareciendo obstáculos se era capaz de superarlos y seguir adelante. Es decir, se iba madurando como arquitecto.
¿Cómo surgió el despacho en 1996 y cómo volcasteis en él vuestras experiencias anteriores?
Establecer el estudio PARDOTAPIA en 1996 fue resultado de una natural decantación y confluencia de nuestros intereses arquitectónicos y personales.
Encontramos un local singular y estimulante donde poco tiempo después de compartir recursos, compartimos el trabajo y creamos un lugar de reflexión y experimentación en la arquitectura.
Somos compañeros de la escuela y nos habíamos educado en sensibilidades similares que compartíamos. Nuestro profesor Juan Daniel Fullaondo abrió a nuestra generación una manera de enfrentarse al proyecto» total». Nos presentó a los maestros de la arquitectura y nos invitó a emularlos, «sin escrúpulos», nos impulsó hacia una creatividad y modernidad sin complejos.
Nos volcamos en el concurso de arquitectura, por necesidad y por convicción. El concurso te obliga a estar siempre en «forma «. Musculatura y resistencia.
Museo Arqueológico de Oviedo |
Oficina única museos Greco-Sefardí en Toledo |
¿Qué valores arquitectónicos encontramos detrás de vuestros proyectos realizados?
Ambos veníamos de experimentar otras formas de trabajar. Habíamos adquirido una experiencia en proyectos y obras asumiendo toda la responsabilidad de los procesos. Bernardo en el campo de la arquitectura sanitaria y Fernando en el de la cultura. «mens sana in corpore sano»
La arquitectura se puede desarrollar de muchas maneras, pero parece que lo ideal es conseguir construir las ideas que se proyectan. Una vez ejecutadas quedan a la libre interpretación del observador, visitante o crítico y es al escucharles, al mirar cómo se acercan a nuestros proyectos cuando podemos ver si nuestros objetivos se han cumplido. Tal vez el valor de las arquitecturas esté fuera de las intenciones del propio arquitecto.
¿Qué intentáis evocar y que se intuya en vuestros trabajos?
Formación, experiencia, modernidad, personalidad,……honestidad.
Al trabajar, en muchos casos, en edificios preexistentes e históricos la idea de evocación nos la planteamos de manera más receptiva que proyectiva. Son los edificios, lugares, etc, los que nos van a hablar y expresar cómo se debe actuar en ellos. Escuchamos los ecos que aún resuenan en ellos.
En la arquitectura consideráis también como esencial su componente de experimentación y reflexión. ¿Cómo se logra convencer al cliente de la importancia de estos aspectos a menudo olvidados entre lo técnico y lo económico?
Siempre se ha dicho que no hay buenos profesionales sino buenos clientes.
La “experimentación” y reflexión” son aspectos que siempre están presentes en nuestro trabajo de arquitectos, pero los desarrollamos desde un ámbito privado. Son parte de la colección de obsesiones privadas que se estudian y se orientan para hacerlas coincidir con las necesidades públicas planteadas.
Es necesario educar a la sociedad en la arquitectura, desde las edades más tempranas.
Nos pasamos la vida admirando la ciudad histórica pero no nos planteamos si nuestra arquitectura hará historia.
«Son los edificios, lugares, etc, los que nos van a hablar y expresar cómo se debe actuar en ellos. Escuchamos los ecos que aún resuenan en ellos.»
En vuestra producción hay una gran preponderancia de lo público bien sea a través de vuestros trabajos en sedes administrativas o en proyectos culturales o sanitarios. ¿Qué caracteriza desarrollar trabajos para este cliente que tanto se echa de menos hoy en día?
La administración ha progresado mucho en estos últimos años y también se ha diversificado-dispersado con el estado de las Autonomías. Se ha convertido en un cliente referente de los procesos de calidad garantizados. Demanda equipos de trabajo complejos, multidisciplinares, con experiencia.
Pero todos los clientes tienen la misma complejidad, o dicho de otra manera, las personas que intervienen como promotores, usuarios, suelen acercarse a la arquitectura con unas ideas predeterminadas resultado de sus planteamientos y experiencias que no siempre confluyen de forma adecuada para el proyecto. Ir juntando todas las voluntades es el camino que se debe recorrer pero buscando que no provoque disminución de la calidad de la arquitectura propuesta.
Entre vuestros últimos trabajos encontramos dos grandes ejemplos de esta arquitectura de servicio público como es la reforma y ampliación del Hospital Clínico de Valladolid y el Centro Documental de la Memoria Histórica de Salamanca. ¿Qué objetivos os habéis marcado en estas obras?Intervenir en un edificio existente, exige irremediablemente adoptar una postura ante su posible transformación en el espacio y en el tiempo. Habitualmente, y en estos casos también, trabajamos con estructuras abandonadas y obsoletas pero que son elementos fundamentales del patrimonio arquitectónico y urbano.
La dificultad en la arquitectura no está en los posibles usos ni dimensión de los edificios proyectados. Siempre nos acercamos al hecho arquitectónico de la misma manera; nos interesa el espacio.
En el caso del Hospital Clínico de Valladolid, nos encontrábamos con un problema de escala, de integración de la arquitectura en la ciudad en su lugar y en su tiempo.
Recuperar una estructura obsoleta y situarla otra vez en su contemporaneidad tanto formal como funcional.
Recomponer su escala con edificaciones más próximas al ciudadano que equilibren su volumen y reordenar sus circulaciones internas totalmente degradadas.
En el caso del Centro Documental de la Memoria Histórica, la polémica y su simbolismo no nos han desviado de nuestros planteamientos profesionales de siempre. Se trata de una actuación sobre un edificio que pertenece al patrimonio de la ciudad.
La intervención supone la redefinición del edificio partiendo de los invariantes históricos para proponer un edifico moderno, flexible y adecuado para sus fines institucionales y culturales.
El lenguaje interior propone un argumento continuo basado en la materialidad, entramados de madera, y refiriéndose siempre a la preexistencia de un patio interior interpretado ahora como un espacio generador concentrador de la arquitectura del edificio.
¿En qué proyectos estáis trabajando actualmente?
En la reforma y ampliación del Hospital Universitario de Araba en Vitoria, Álava. Todo un desafío, un proyecto complejo de gran escala, 130.000m2 de reforma y ampliación, con equipos multidisciplinares. El objetivo es desde esa complejidad descender a una arquitectura “sencilla”, ser exquisitamente honestos con el ciudadano.
La oficina única del Museo Sefardí y Mueso del Greco en Toledo. Este proyecto supone un paso más en nuestras actuaciones en el Museo del Greco.
Un proyecto de escalas más íntimas transitando por la historia, por el arte consagrado, poniendo en valor lo de antes y lo de ahora, conciliando con la arquitectura.
¿En qué sectores se necesita más que nunca una intervención y reflexión arquitectónica en nuestro país?
Actualmente la arquitectura en España navega entre dos aguas: tiene los recuerdos de un pasado reciente lleno de importantes ejemplos de arquitectura icónica, y a la vez ve que en este desértico presente se debe plantear, para poder construir un futuro, una nueva manera de actuar. Esos nuevos modos tendrán más en cuenta el ciudadano y creo que conducirán a un acercamiento entre arquitectura y sociedad. Bueno, estamos hablando de futuro, pero debemos decir que estos planteamientos siempre han estado presentes en nuestros procesos arquitectónicos.
Como ya hemos dicho lo Público tiene que incentivar el camino a lo privado.
¿Hacia dónde consideráis que se dirigirá la práctica arquitectónica a medio y largo plazo?Tal vez la diferencia esté en que cada vez más, estos concursos-proyectos los realizamos en equipos compuestos por profesionales diversos, lo que da lugar a intensos debates en torno a la arquitectura que se quiere proponer cada vez más difíciles, pero también más interesantes.
La arquitectura no existe por sí misma y en soledad en el desarrollo de la sociedad actual.
El futuro de la arquitectura pasa por asumir en todos los ámbitos sociales la necesaria transversalidad que la posibilita seguir adelante y desarrollarse, pero no me refiero a sus obligatorias conexiones con otros ámbitos técnicos y de ingenierías, sino que debe tomar conciencia de su capacidad de condicionar todos los momentos de la actividad humana y conducir su camino teniendo presente esa responsabilidad.
La arquitectura no cambia, siempre hay que mantener esa capacidad de sorprendernos y sorprender.
Siempre hará falta un arquitecto, integrado o integrante.
Fotografías: Jesús Granada / Roland Halbe / Miguel de Guzmán