01Formado por Irene Pérez y Jaume Mayol, TEd’A arquitectes es un pequeño estudio ubicado en Mallorca. Ganadores del Premio AJAC 2014 para jóvenes arquitectos, han sido seleccionados en varias ocasiones por los premios FAD, así como por los premios Arquia como autores de una de las 23 mejores obras realizadas por jóvenes arquitectos y han sido ganadores de la última edición de los Premios de Arquitectura de Mallorca. Defensores de la arquitectura humanizada desde el interior y de las identidades regionales, han desarrollado múltiples proyectos residenciales así como son autores del Museu des Molinar de Montuïri y han participado en varios concursos en Suiza, ganando el año pasado el primer premio para una escuela en Orsonnens.

 

«Nos interesa lo habitual, lo común, lo ordinario, lo infraordinario.»

¿Por qué apostasteis por la arquitectura como profesión?
Podríamos ponernos trascendentales, pero suponemos que los inicios son más casuales que cualquier otra cosa. Seguramente empezamos con un punto de inocencia, de intuición y de casualidad. Es ahora cuando apostamos más que nunca. Creemos que la arquitectura es (debería ser) capaz de mejorar las condiciones de nuestro entorno, de hacerlo más amable, más humano.

¿Qué os ha influido más en vuestro trabajo de vuestra formación arquitectónica en la ETSA Vallés?
Los dos estudiamos en el Vallés. En esta escuela existe una enorme proximidad entre alumnos y profesores. Uno de esos profesores (Pere Pujol) una vez nos dijo: “Yo os enseñaré poco, quizá un 5% de lo que aprenderéis este año, los libros os pueden enseñar otro 5%, vosotros por vuestra cuenta quizá podéis aprender hasta un 10%… pero quién realmente os enseñará cosas ¡son vuestros amigos!” Y la verdad es que es así, ahí tuvimos (tenemos, claro) un grupo de amigos fantástico, con ellos generamos un ambiente inmejorable, en donde discutir, trabajar, intercambiar, reír y aprender era lo mismo. A ellos posiblemente les debemos más de lo que creemos.

¿Qué intentáis transmitir con vuestra arquitectura?
Si la arquitectura llega a transmitir algo es resultado de un largo proceso en el que influyen muchísimos condicionantes. Al hacer arquitectura solamente intentamos ser coherentes con la obra (decimos obra, por no decir entorno, o proceso, o proyecto… puesto que entendemos que es todo lo mismo), intentamos escuchar lo que la obra quiere. Las decisiones que nosotros tomamos dependen más de ella que de nosotros mismos. Nos gustaría que la obra transmitiera coherencia… coherencia con la obra misma! Aunque a lo largo del proceso acaban apareciendo trabas y dificultades que, además de transformarse en dudas y errores, esperamos que sean oportunidades para acabar enriqueciendo la propia obra. La complejidad y la contradicción forman parte de este proceso. Un proceso que no se acaba en una obra concreta, sino que continúa en otra obra, o sobre el papel, o entre palabras.

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Museu des Molinar de Montuïri (Mallorca) Escuela en Orsonnens (Suiza) Can Joan Jaume i n’Apol·lònia 

¿Os condiciona haber fijado vuestra base en Mallorca?

Sí, por supuesto. La arquitectura depende del entorno donde se sitúa.

¿Qué retos supone la isla a la hora de integrar los trabajos en el entorno?
Se pueden entender como retos, pero creemos que son simplemente condicionantes. Cada lugar tiene unas condiciones de las que la arquitectura depende. Nos interesa lo habitual, lo común, lo ordinario, lo infraordinario. Sin ninguna voluntad de teorizar, sino porque nos parece obvio. Utilizar lo que tenemos a mano y entender cómo se hacen las cosas, a fin de poder intervenir en el proceso de construcción sin imposiciones. Nos gustaría que la arquitectura pasara desapercibida. Nos gustaría que el tiempo impregnara nuestras arquitecturas difuminándolas en el entorno. Nos gustaría dejar nuestras arquitecturas inacabadas, con el margen necesario para que el usuario las aprehendiera y se las hiciera suyas. Nos gustaría que el resultado final pareciera evidente, incluso obvio, como diciendo “claro… tenía que ser así”. Incluso nos gustaría que desapareciera cualquier rastro del esfuerzo titánico que supone construir un edificio, nos gustaría que pareciera fácil.

¿Cuál es la clave para perfeccionar la tradición y defender la identidad regional?
Quizá se trate de entender que el enorme trabajo que uno mismo puede llegar a realizar forma parte de un proceso histórico infinito.
La tradición es, por definición, eterna. Hay arquitecturas que aprovechan el bagaje que aporta la tradición. Arquitecturas que observan, entienden y heredan el conocimiento tradicional. Arquitecturas que traducen, perfeccionan y actualizan la herencia de la tradición. Arquitecturas que injertan, transmiten y continúan el conocimiento secular del pasado hacia el futuro. Arquitecturas que prefieren la evolución a la revolución. Arquitecturas que miran atrás para avanzar. Arquitecturas que al formar parte de este proceso evolutivo de la tradición devendrán eternas… A pesar de todo: ¡Es tan difícil!

«Nos gustaría que la arquitectura pasara desapercibida. Nos gustaría que el tiempo impregnara nuestras arquitecturas difuminándolas en el entorno.»

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¿Qué trabajos estáis realizando actualmente en el estudio?

TEd’A arquitectes es un estudio diminuto. Desde que empezamos hemos intentado ser Taller y Estudio.
Un taller en el que se producen objetos, en el que se intenta entender el proceso de construcción de las cosas (ya sean baldosas, sillas o edificios). Un taller en el que se comparte el conocimiento.
Y también un estudio, en el que se investiga y se aprende.
Actualmente seguimos desarrollando proyectos de vivienda en Mallorca. Son proyectos de pequeña escala, con el programa que más nos estimula. Habitar es condición intrínseca al ser humano, una actividad que nos interesa por lo que tiene de común y conocida.
Por otro lado seguimos haciendo concursos. Actualmente, debido a la situación por la que atraviesa nuestro país, hacemos exclusivamente concursos internacionales. Y finalmente, tal y como hemos hecho desde el principio, seguimos ligados a la universidad. Inicialmente fue en la ETSAV, donde habíamos estudiado. Actualmente impartimos un curso de proyectos en la IE School of Architecture de Madrid.

Recientemente habéis ganado el concurso para construir una escuela el municipio suizo de Orsonnens. ¿En qué consistirá este proyecto?
Sí, ya hace más de un año que estamos desarrollando este proyecto. Se trata de un pequeño edificio escolar situado en un pueblo rural del cantón Fribourg. Un proyecto que nace del lugar donde se encuentra, nace de la relectura de los edificios granja que hallamos en esta zona de Suiza. Un proyecto que quiere ser uno más del entorno. Un proyecto que, podríamos llegar a decir, quiere pasar desapercibido.

¿Cómo lleváis la dualidad entre el trabajo local en Mallorca y los proyectos internacionales?
El mundo es cada vez más pequeño.
Cada lugar tiene su identidad propia.
La distancia entre la obra y el lugar donde se asienta debe ser cero. De dónde sea el arquitecto es lo de menos. El arquitecto debe desaparecer.