Estar es un estudio de arquitectura, paisajismo y diseño con sede en Santiago de Compostela y Ginebra. Establecido por Aurora Armental Ruiz y Stefano Ciurlo Walker en 2011, el estudio se enfoca en un delicado trabajo para edificios, ciudades y territorios de valor histórico y cultural.

«La claridad en las propuestas aporta belleza e implica una economía de medios y consumo de energía»

 

¿Por qué quisisteis dedicaros a la arquitectura?
Aurora: Empecé la carrera de arquitectura atraída por los estudios en sí. Me interesaba la capacidad de impactar de manera positiva en el paisaje, en el espacio público y de uso cotidiano de las personas.
Stefano: Antes de empezar la carrera dudaba si estudiar bellas artes o ser ingeniero civil como mi padre y me tomé un año en Inglaterra para reflexionar. Decidí ser arquitecto porque me parecía que integraba el aspecto creativo y el pragmatismo de construir.

¿Cómo se cruzan los caminos?
Aurora: Nos conocimos en Londres donde Stefano estudiaba arquitectura. Tras finalizar nuestros estudios nos establecimos allí donde trabajamos con 6a architects y la Architecture Reserch Unit.
Stefano: En paralelo impartíamos juntos cursos de proyectos en las escuelas de Arquitectura de East London y Kingston, de esta colaboración surge Estar, un estudio de arquitectura, paisajismo y diseño enfocado en trabajos delicados para edificios, ciudades y territorios de valor histórico y cultural.

Tras la experiencia internacional, abre el despacho en 2011 en Santiago de Compostela. ¿Por qué esta apuesta por Galicia como centro de operaciones?
Aurora: Es una ciudad que entiende la capacidad de la arquitectura y el urbanismo para mejorar la calidad de vida de sus ciudadanos, que combina un rico patrimonio histórico con obras de excelentes arquitectos contemporáneos.
Stefano: Veíamos como una nueva generación de arquitectos tenía la oportunidad de realizar intervenciones de calidad en la ciudad, nos interesaba el trabajo del Máster de Rehabilitación Urbana y sabíamos que en el entorno de Santiago se mantenían buenos profesionales en los oficios tradicionales, elementos importantes para un estudio interesado en trabajar en entornos delicados, de valor patrimonial.

¿Qué valores os gustaría que transmitieran vuestros proyectos de diferentes escalas, lugares y programas?
Aurora: Nos interesa conseguir una arquitectura que a través de la observación cuidadosa permita responder a situaciones complejas de la forma más sencilla posible desde el punto de vista espacial y constructivo. Creemos que esta claridad en las propuestas aporta belleza e implica una economía de medios y consumo de energía. Intentamos que todas nuestras propuestas den valor al acto de construir y al trabajo de las personas implicadas en su implementación, creemos que ese respeto queda fijado en la edificación.
Stefano: Nuestros instrumentos de trabajo son el levantamiento, el dibujo y la construcción de maquetas físicas de lo que estamos observando. De esta manera vamos encontrando lo que tiene valor para el proyecto. En ciertos momentos, este proceso nos lleva a lo inesperado, a soluciones formales y espaciales que nos sorprenden y que nunca se nos hubiera ocurrido dibujar a priori.

Transformación del Ancien Manège en Ginebra (Suiza) para acoger un programa público de escuela infantil, asociación, comedor escolar y ludoteca. Foto: Luis Díaz Díaz

No renunciáis a la esfera internacional, trabajando en proyectos en Canadá, Portugal o Suiza. ¿Qué supone trabajar ahí?
Aurora: Cada vez que nos enfrentamos a un nuevo proyecto en un nuevo contexto es una oportunidad para cuestionar nuestra manera de trabajar, pero también el sistema y las practicas del lugar, permitiéndonos mantener una mirada abierta hacía la manera de llevar adelante los proyectos y aprender de los diferentes contextos y maneras de construir.
Stefano: Cuando establecimos el estudio nuestra estrategia fue buscar proyectos que consideramos se alinean con nuestros intereses, incluso en otros países. Esta actitud nos acercó al sistema suizo de concurso abierto y anónimo, a través del cual hemos conseguido la mayoría de nuestros proyectos.

En Suiza se encuentra la transformación de un picadero de caballos del siglo XIX en un centro cívico. ¿En qué ha consistido este proyecto?
Aurora: En el 2014 ganamos el concurso para la transformación del Ancien Manège, una edificación en el casco histórico de Ginebra con protección patrimonial. Construido en 1829 y transformado en garaje en los años cincuenta, se rehabilitó para acoger un programa público variado; destacando una escuela infantil, la asociación de vecinos, un comedor escolar y una ludoteca.
El proyecto parte de la comprensión de la configuración espacial y constructiva del edificio para poder ser transformado en un edificio cívico con las mínimas intervenciones. Así, se propone la reutilización de los elementos estructurales y constructivos, combinados con demoliciones precisas, reparaciones e intervenciones de dos tipos: las de carácter estereotómico que buscan recuperar la claridad formal; y las que se realizan con madera, que presentan un carácter reversible y se adaptan a los usos propuestos actualmente.
Stefano: El proyecto compatibiliza la conservación de los valores patrimoniales con la optimización de la envolvente térmica, la ventilación natural, la protección solar para conseguir un edificio de muy bajo consumo energético. Nuestra propuesta se apropia de las intervenciones anteriores, entendiéndose esta como una nueva etapa dentro del proceso de transformación del edificio.

En Santiago de Compostela estáis trabajando en la reconversión de una antigua fábrica de cuero junto al río Sarela para un futuro uso residencial. ¿Qué complejidad presenta este trabajo?
Aurora: Es un trabajo complejo y delicado, teniendo en cuenta el valor histórico, patrimonial y arquitectónico de la antigua curtiduría y los valores culturales, ambientales y paisajísticos del río Sarela adyacente.
Para la redacción del Proyecto de Compensación y seguidamente el de Urbanización, comenzamos por realizar un detallado estudio del complejo industrial existente con la colaboración de arqueólogos e ingenieros hidráulicos, lo que nos permitió en proyecto recuperar los diversos puntos de acceso originales y su relación con el río.
Se recupera la terraza frente a la vivienda y oficinas de la curtiduría como un nuevo espacio público arbolado, un balcón con vistas sobre el valle del Sarela, con zonas de descanso y la sombra que sirve de acceso a las futuras viviendas. Los bordes de esta terraza y la muralla de la curtiduría ayudan a redefinir el resto de los accesos al conjunto y a generar nuevas conexiones entre el casco histórico y el río Sarela.
Toda la intervención se construirá con una paleta limitada de materiales; vegetación de bajo mantenimiento y granito local en varios formatos, desde grava hasta grandes losas, siempre con superficies permeables que filtran la entrada de agua de forma natural al río.

En vuestro portfolio encontramos diferentes trabajos en el ámbito del espacio público y el paisaje. ¿Qué objetivos os marcáis a la hora de intervenir y revitalizar estos entornos?
Aurora: Nuestra manera de trabajar, sea en un territorio, un jardín, un edificio o un mueble, siempre parte de la observación atenta de lo físicamente existente. Esta primera fase de compresión detallada de los procesos, tanto los naturales como los antrópicos, tiene como objetivo desvelar la razón de ser de cada espacio, su carácter, incorporando las actuaciones mínimas necesarias que permitan llevar a cabo las actividades requeridas, aprovechando al máximo lo que ya existe en el lugar.

¿En qué otros proyectos estáis inmersos actualmente?
Stefano: Acabamos de regresar de Dinamarca, donde estuvimos durante un semestre como profesores invitados en la escuela de arquitectura de Aarhus. En colaboración con el Museo de Faaborg, hemos realizado con los estudiantes propuestas para la adaptación del Museo, obra del arquitecto danés Carl Petersen y edificio emblemático con un incalculable valor y en un contexto patrimonial. Nos parece muy importante dedicar parte de nuestro tiempo a la docencia explorando temas que puedan enriquecer nuestra manera de trabajar.
Aurora: Entre tanto estuvimos preparando varios concursos en Suiza. Hemos sido seleccionados para la segunda fase de uno de ellos que tiene como objeto la transformación de unas antiguas granjas en el entorno de Ginebra en edificios de uso cívico. Estamos también desarrollando el proyecto para una vivienda en Santiago de Compostela y una intervención de espacio público en Guimarães.

¿Cuál consideráis que será la evolución del papel del arquitecto a medio y largo plazo?
Aurora: Las sociedades nos enfrentamos a situaciones cada vez más complejas, la arquitectura tiene que tomar conciencia de estos retos e implicarse en un cambio en el que seamos motor de la transformación hacía una forma de habitar más sostenible.
Stefano: Los arquitectos tenemos la capacidad de analizar temas complejos y aportar respuestas creativas, capaces de afrontar a la vez múltiples problemáticas de una manera sencilla. Para enfrentarnos al reto de construir de manera más sostenible, los arquitectos tenemos que estar presentes en todas las escalas del proyecto, desde la planificación estratégica del territorio hasta la definición del detalle constructivo y su ejecución en obra.

Casa Mallou en Santiago de Compostela. Foto: Andrés Fraga

Rehabilitación de las Casas do Rego en Santiago de Compostela

Transformación del Bastion de Saint-Antoine en Ginebra (Suiza). Foto: Andrés Fraga

Rotunda: Grand-Métis, Quebec (Canada)