Fernando Rodríguez y Pablo Oriol, arquitectos por la ETSA Madrid, establecen su despacho FRPO en 2008 en Madrid, por el que han sido seleccionados en los Europe 40 Under 40 o nominados a los Mies van der Rohe entre otros reconocimientos y distinciones. De su obra construida, siempre con claros compromisos ambientales, destacan principalmente las multipremiadas viviendas como Casa MO, Casa OS o Pabellón San Lucas o las plantas de DH Ecoenergías en Palencia y Ávila, entre otros trabajos, así como numerosos concursos internacionales. Entre sus últimos trabajos destaca la infraestructura de usos mixtos Estación San José en Toluca, así como el reciente primer premio junto a Walk y SD Partners del concurso internacional para diseñar el nuevo complejo cultural y logístico que alojará los talleres, almacenes y salas de ensayo del Teatro alla Scala de Milán.
¿Qué os sedujo de la arquitectura para decidir hacer de ella vuestra profesión?
Pablo: Jaja. Buena pregunta, e imposible de contestar. Alguna referencia familiar inicial, un par de buenos profesores de dibujo, amigos que se decidían por entrar en la Escuela… pequeños factores que me hicieron tomar ese camino. Eso si… ¡la seducción fue posterior!
Fernando: No es fácil de contestar, no… En mi caso fue una decisión temprana y muy visceral, sin referentes en la familia dentro del mundo arquitectónico, solamente tenía una intuición… Os habéis formado en la ETSAM y posteriormente en el IIT Chicago (Pablo) y la TU Berlin (Fernando).
¿Qué os influyó más de vuestra etapa de formación aplicado a lo que hacéis hoy en día?
Como para cualquiera, para nosotros salir fuera fue una experiencia muy enriquecedora. Conocer otros lugares, pasar por el filtro del estudiante de arquitectura otras ciudades e incorporarse a otros programas académicos exige tener los ojos muy abiertos y la mente muy dúctil. Seguramente hay temas específicos de la precisión heredada de Mies en el IIT de Chicago o de la manera de entender lo público en el Berlín de los años 2000 que ha dejado un poso en nuestra forma de caminar por el mundo, pero lo más relevante fue, sin duda, salir de Madrid durante un periodo para luego regresar.
Fundáis el estudio en Madrid en 2005. ¿Cómo ha evolucionado en estos 20 años de actividad?
En 2008 ganamos nuestro primer concurso, unos meses antes del estallido de la burbuja inmobiliaria, y entre ese año y 2012 no logramos apenas construir, esos largos años nos dedicamos a concursar en el extranjero, a consolidar una manera de ver las cosas… cuando te atraviesa una crisis de ese calibre la huella que deja es profunda: cautela, orden, honestidad constructiva, maximización de recursos… A partir del año 2018 el estudio accedió a proyectos de mayor escala y fue creciendo hasta lo que es hoy, una estructura pequeña pero muy resolutiva.
¿Qué valores arquitectónicos son comunes en todos vuestros proyectos a lo largo de tiempo?
Nos interesan temas como la geometría y el orden, el vínculo con lo territorial como contexto cultural amplio y los sistemas que hacen posible dar respuesta constructiva a lo anterior….
La investigación es un vector clave en vuestra actividad. Esto lo vemos en un proyecto tan innovador como as plantas de energía para DH Ecoenergías en Palencia y Ávila. ¿Qué objetivos cumplís con estos trabajos?
Palencia fue el primero, y Ávila el siguiente, recién terminado. Son edificios sencillos que deben dar cobijo a unas instalaciones de producción de calor con un cierto nivel de complejidad. Nuestro trabajo en estos casos ha consistido en encontrar los limites tipológicos y materiales del encargo, con el fin de incorporar estas arquitecturas a la esfera de lo público, lo institucional, a la que deben pertenecer..
DH Econoenergías Palencia
El ámbito de las infraestructuras es uno de los sectores en los que estáis inmersos, como con la Estación de San José en Toluca (México). ¿En qué ha consistido este proyecto y cómo desde la arquitectura se puede dotar de una mirada más amplia a esta tipología?
Infraestructura es un término muy elástico… la Estación San José es en realidad un edificio de uso mixto público-privado, que condensa usos diversos como un aparcamiento, comercios, un coworking y un espacio cultural en el centro de Toluca. Lo que nos interesa de la idea de infraestructura es más una serie de condiciones de orden, estructura y flexibilidad de uso, que permiten redefinir lo específico y lo genérico en el proyecto. De esto habla este proyecto, de buscar la imagen arquitectónica en lo esencial, de alguna forma… La doble mirada nacional e internacional está siempre en vuestra actividad.
En Italia tenéis en marcha el gran proyecto de la Magnifica Fabbrica del Teatro alla Scala en Milán. ¿Qué nos podéis avanzar sobre él?
La obra de Milán está en marcha, lo cual es ya muy importante, es tan difícil ganar un concurso como conseguir que el proyecto se lleve a cabo. Es un proyecto complejo con muchos agentes involucrados, que desarrollamos junto a Juan Tur y su estudio WALK y acompañados por nuestros socios milaneses de SD Partners. El parque con la rehabilitación de la antigua nave de producción de Lambretta, incluida la estructura de uso público que insertamos en ella, deberán estar finalizadas antes de que acabe 2026. Las obras de la primera fase del edificio comenzaron hace unos meses y van a buen ritmo.
También tenéis proyectos en el ámbito residencial. ¿Qué innovaciones hay que aplicar a la hora de diseñar espacios adaptados para las nuevas formas y modelos de habitar?
Es necesario ser crítico con el contexto en el que se desarrollan los proyectos de vivienda colectiva en la actualidad, probablemente los más complicados a los que nos enfrentamos. Una normativa en exceso restrictiva que no permite proponer viviendas contemporáneas, y un mercado de alquiler y compra que ha fabricado una demanda a imagen y semejanza de esa normativa limita extraordinariamente la capacidad propositiva de la arquitectura ante la pregunta fundamental acerca de cómo podemos vivir mejor. Los honorarios que se destinan a estos proyectos no favorecen la investigación y la innovación, más bien parecen perseguir la repetición de fórmulas conocidas sin atender al contexto, a los usuarios o lo que antes se entendía como responsabilidad social y urbana de aquellos con el poder de construir la ciudad. No obstante, el espacio limitado que lo anterior deja al proyecto permite aproximarse con cierto optimismo y proponer algunas estrategias sencillas: espacios nítidos, de geometrías claras y por tanto con una cierta flexibilidad de uso, exteriores generosos que actúen de filtro térmico, espacios atemperados que mejoren el comportamiento climático pasivo del proyecto, estructuras capaces de soportar vegetación e incorporarla al proyecto, espacios de relación vecinal que favorezcan una vida en comunidad… y sistemas constructivos que permitan reducir la huella de carbono, todo ello aparece en nuestros proyectos de vivienda.
¿En qué proyectos estáis trabajando actualmente?
Ahora mismo tenemos la suerte de tener sobre la mesa proyectos muy distintos, en diferentes estados de desarrollo. Hacemos muchos concursos, siempre hay uno en marcha en el estudio, dentro y fuera de España, como manera de poner a prueba nuestros intereses y ensanchar los límites de nuestro trabajo… estamos trabajando en la obra de la Magnifica Fabbrica de Milán, la obra de la Torre Rozafa en Shkodra, Albania (futo de un concurso ganado el año pasado junto con Selgascano), el proyecto para la tercera central térmica para DH Ecoenergias en Burgos, o un conjunto de edificios residenciales en el distrito de Tetuán en Madrid, además de algunos proyectos de escala menor que son muy importantes para nosotros.
¿Hacia dónde consideráis que se dirige la práctica arquitectónica a corto y medio plazo?
Se han consolidado en Europa y en España los grandes estudios corporativos de origen anglosajón, porque dan respuesta a sectores (sobre todo privados) que demandan esa fórmula profesional. Eso ha puesto en entredicho el modelo clásico de estudio-taller, del que nosotros hemos bebido siempre. Sin embargo, sigue habiendo espacio para esta aproximación más artesanal, incluso artística, con estructuras profesionales de tamaño pequeño pero gran ambición. Para la supervivencia de estos estudios de arquitectura es clave sumar fuerzas a través de la colaboración y que siga existiendo el espacio abierto de la iniciativa pública. Sin buenos concursos de arquitectura, desaparecerán los buenos arquitectos.

ROZAFA TOWER, Shkodra (Albania) junto a Selgascano ©Drawfield

ESTACION SAN JOSE, Toluca (México) ©Luis Gallardo

AZUCARERA HOUSING, Tudela ©Luis Asín

REGENERA TETUAN, Madrid ©Supernova

MAGNIFICA FABBRICA, Milán (Italia) junto a Walk + SD Partners ©Supernova




