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«Juntarnos las seis fue algo que surgió de manera natural, no buscábamos crear un estudio formado únicamente por mujeres, simplemente surgió así. Aunque reconocemos que no nos hemos encontrado en ninguna situación de desigualdad a título personal, vemos que es una realidad que persiste y que las mujeres debemos hacernos visibles para conseguir que no haya desigualdad de género en la arquitectura.»

Cierto Estudio es un equipo de jóvenes arquitectas en constante experimentación que despliega sus intereses en los campos de la arquitectura, el diseño, la cultura, y la investigación. Una apuesta común donde varios imaginarios se funden en un proyecto con mucho carácter. Fundado en 2014 y con base en Barcelona, está formado por Marta Benedicto, Ivet Gasol, Carlota de Gispert, Anna Llonch, Lucia Millet y Clara Vidal. Todas ellas graduadas por la Escuela Técnica de Arquitectura de Barcelona entre el 2013 y el 2015. Cierto Estudio trabaja en proyectos de diferentes escalas, tanto de vivienda o urbanismo como de mobiliario o sistemas expositivos. Recientemente han ganado el primer premio del Concurso internacional “Illa Glòries” para la construcción de 250 viviendas de protección oficial y la ordenación volumétrica del PMU en Plaza de las Glòries en Barcelona. Han ganado varias menciones de honor en concursos de vivienda social como con su proyecto “Ciclo Habitacional” y “Desliz” en los que investigan la flexibilidad de la vivienda a partir de la generación de estancias ambiguas.

¿Cómo se unen los seis caminos para dar lugar a la fundación en 2014 de Cierto Estudio?

Nuestros caminos se cruzaron en la universidad, donde surgió una gran amistad. Durante el último año de carrera alquilamos un estudio para hacer el proyecto final de carrera y ayudarnos entre nosotras, esto nos hizo ver que trabajábamos muy bien juntas y al acabar la carrera seguimos en ese estudio realizando concursos de arquitectura.

Fuimos finalistas y tuvimos una Mención de Honor en uno de los primeros concursos que realizamos, el concurso “Bienvenido a casa” que organizó la inmobiliaria Solvia. Esto nos dio mucha energía para seguir realizando concursos y proyectos juntas pese el contexto de crisis que nos rodeaba, quedarnos en Barcelona en vez de irnos a trabajar en el extranjero y empezar el proyecto Cierto Estudio.

¿Qué os marcó más de vuestra etapa de formación universitara en la ETSAB?

Nuestro paso por el curso de proyectos dedicado a vivienda fue un punto de inflexión para todas y nos ha influenciado en nuestra manera de proyectar.

Pese a que en las universidades la proporción de arquitectas es mayor son pocos los despachos liderados solo por mujeres. Vosotras, siendo seis socias, teníais claro el camino…

Juntarnos las seis fue algo que surgió de manera natural, no buscábamos crear un estudio formado únicamente por mujeres, simplemente surgió así.  Aunque reconocemos que no nos hemos encontrado en ninguna situación de desigualdad a título personal, vemos que es una realidad que persiste y que las mujeres debemos hacernos visibles para conseguir que no haya desigualdad de género en la arquitectura. Tenemos una oportunidad que seguramente no tendríamos si estuviésemos trabajando en un despacho.

 

¿Cómo os ha condicionado crear vuestro despacho en un escenario post crisis?

El hecho de tener pocos encargos al empezar el estudio ha hecho que aprovechemos cada oportunidad que se nos presentaba para investigar e innovar, por más pequeño que sea el proyecto. Consideramos que cada encargo es una oportunidad para crear nuestra identidad y hacer lo que nos gusta. También nos ha llevado a realizar auto encargos como las Lámparas Totem, las Mesas Ignífugas y la estantería Templo, proyectos de objetos y mobiliario que seguramente no hubiesen surgido si nos hubiésemos encontrado en otra situación económica. La inestabilidad laboral que nos encontramos al acabar la carrera propició que en vez de buscar trabajo en un despacho apostáramos por hacer lo nuestro.

 

El despacho trabaja en proyectos de diferentes escalas, tanto de vivienda o urbanismo como de mobiliario o sistemas expositivos. ¿Qué valores arquitectónicos comparten vuestros trabajos?

No creemos que exista una relación directa entre ellos, no forzamos un hilo conductor ni buscamos la coherencia total, investigamos a todas las escalas y surgen nuevas formas e ideas cada vez. Aunque, evidentemente, todos comparten el mismo baúl de referencias y una misma manera de proyectar, seguramente si alguien mira nuestros proyectos verá una estética parecida.

¿Qué os gustaría que transmitieran vuestros edificios a sus usuarios?

Nos gustaría que transmitieran la capacidad de apropiación de los espacios, libertad para que cada usuario lo use a su manera y que surjan situaciones no planeadas. También nos gustaría que generaran comunidad, que hubiese permeabilidad entre la vida privada y la comunidad. Y finalmente que generaran flexibilidad y adaptabilidad, que cada usuario pudiese cambiar la manera de usarlo en función de sus necesidades.  Un buen ejemplo serían las pasarelas comunitarias que hemos propuesto para el edificio de viviendas que construiremos en Plaza de las Glòries, nos imaginamos que estas pasarelas no sólo serán una vía de acceso a las viviendas, sino que se generaran espacios de juego, comedores exteriores, lugares de lectura… 

 

Recientemente habéis ganado el primer premio del Concurso internacional “Illa Glòries” para la construcción de 250 viviendas de protección oficial y la ordenación volumétrica del PMU en Plaza de las Glòries en Barcelona. ¿En qué consisten estos trabajos y qué objetivos os habéis fijado?

-Al ganar el primer premio del concurso ganó nuestra propuesta urbana, que consiste en dos volúmenes formados por cuatro edificios unidos por un zócalo común. Esto implicó trabajar como coordinadoras de los cuatro equipos para pactar la volumetría final y los elementos unificadores del conjunto. Ahora estamos en fase de proyecto ejecutivo, trabajando en los detalles para empezar a construir a principios de 2020.  Era una propuesta muy arriesgada y nuestro objetivo siempre ha sido no perder la esencia de la idea inicial, de momento lo estamos consiguiendo.

 

¿Cuáles son las principales innovaciones que consideráis que hay que implementar en el ámbito residencial para adaptar las viviendas a una sociedad en constante cambio?

Creemos que la vivienda ha de permitir la flexibilidad de su uso para que el usuario pueda realizar cambios a lo largo de su ciclo de vida de manera fácil y reversible.  Buscamos esta adaptabilidad en tres ámbitos esenciales: la porosidad –“No sé por qué pero ¡la casa parece más grande!”–, la ambigüedad de las estancias – “No necesito un salón enorme, en cambio, me gustaría tener una habitación más para que vengan mis hijos el fin de semana” –, y la multiplicidad de accesos – “Carla se ha emancipado y he convertido su habitación independiente en mi lugar de trabajo”.

 

¿En qué otros proyectos estáis trabajando?

No paramos de hacer concursos, de vivienda y de equipamientos, y paralelamente estamos acabando un edificio plurifamiliar de obra nueva en Barcelona, empezando a construir una vivienda unifamiliar en Menorca, y realizando varios proyectos de rehabilitación: dos viviendas en Barcelona, una en Teruel, una clínica dental, una casa unifamiliar en Calella y una pastelería francesa en Barcelona.

 

¿Hacia dónde debería dirigirse la transformación de Barcelona en los próximos años?

Creemos que debería haber más vivienda pública y asequible, más espacio verde, menos emisiones de Co2 del tráfico, más conectividad, y más sostenibilidad.