01

Los arquitectos Juan Manuel Rojas Fernández y Laura Domínguez Hernández, formaron en 2001 el estudio Arquitectos Hombre de Piedra, que toma el nombre de la calle sevillana donde originalmente se encontraba.

En estos años de actividad han desarrollado desde gasolineras, a oficinas, hoteles, viviendas o una terminal de cruceros, entre otros proyectos. Todos ellos comparten su interés por la sostenibilidad, la tecnología, la industrialización y  convertir a los usuarios en los verdaderos protagonistas de la arquitectura.

 

 

«Diseñamos edificios con garantías de resolver las necesidades de los usuarios»

 

¿Por qué os dedicasteis a la arquitectura?
Juan Manuel: Supongo que responde bien a la ilusión que tengo desde la infancia por crear mundos nuevos y mejores a través de los espacios en donde vive la gente.
Laura: Creo que siempre he querido hacer algo nuevo, diferente cada día. En nuestro trabajo hay continuamente retos por delante. Aunque nunca se empiece desde cero, ningún proyecto es completamente igual a otro.

En 2001 fundáis el despacho tomando el nombre de la calle en la que se encontraba. ¿Cómo ha evolucionado vuestro estudio además de cambiar la dirección en estos años de actividad?
Nos hemos esforzado más en diseñar edificios con garantías de resolver las necesidades de los usuarios. Esto nos ha llevado a proyectar utilizando un enfoque más científico: contrastar una y otra vez los diseños antes de ejecutarlos para detectar y evitar en lo posible los errores. Como parte de esta actitud, es obligado no desentenderse nunca de la obra construida, seguir su evolución en el tiempo.
Por ello, colaboramos en proyectos de investigación como el que tenemos con la Escuela de Ingenieros, la de Arquitectura y la Facultad de Matemáticas de la Universidad de Sevilla para conseguir edificios más eficientes energéticamente gracias al adecuado diseño de la forma de los mismos (TEP-7985, Proyecto de Excelencia de la Junta de Andalucía).
Curiosamente, aunque hablemos mucho del método científico y la técnica, la creatividad, lo plástico y lo artístico forman parte de nuestro trabajo. Es la única manera de generar formas, que luego deberán pasar el ineludible filtro de la razón y la ciencia. El trabajo en equipo ayuda también en esta criba para quedarse sólo con las mejores ideas.

 

02 03 04
Edificio de oficinas y gasolinera Ramón y Cajal (Sevilla) Hotel Monte Málaga. Colab: Montoya Molina Arquitectos Viviendas en Puerto Real (Cádiz). Colab: Estudio EGA

En vuestro estudio hay una preocupación realista y transversal por la sostenibilidad que impregna todos los aspectos del proyecto. En tiempos como los actuales ¿creéis que los clientes entienden de forma más evidente la necesidad de trabajar con diseños que sean energéticamente eficientes y supongan ahorros económicos en cuanto a su explotación y mantenimiento?
Precisamente con las crisis se entienden mejor diseños que demuestren realmente ahorro energético y económico. ¿Se puede pensar que un edificio sea mejor que otro si consume el doble de energía?
Con el precio de la energía eléctrica subiendo en España descontroladamente alrededor de un 5% anual, el consumo energético es una carga importante para nuestras familias e hipoteca la competitividad de nuestras empresas.
Basta pensar que en un hotel medio de 4 estrellas y alrededor de 200 habitaciones, los consumos energéticos representan el 25% del total absoluto de los costes de ese negocio. Contar con un edificio hotelero que gracias a su diseño sea capaz de reducir a la mitad dichos costes, supone mejorar bastante la competitividad y rentabilidad del hotel.
Para conseguir un edificio eficiente, lo mejor desde el punto de vista coste/rendimiento es actuar desde el inicio sobre la forma del mismo, como señala nuestra investigación con la Universidad. Las estrategias bioclimáticas no tienen coste real si vienen definidas e integradas en el proyecto como parte de la arquitectura del edificio y logran los mayores ahorros. Eso es lo que se consiguió en el diseño del Hotel Monte Málaga.

Habéis llevado a cabo desde gasolineras, edificios de oficinas, hoteles, viviendas o una terminal de cruceros, entre otros. ¿En proyectos tan diferentes qué valores arquitectónicos se mantienen?
Podríamos hablar de industrialización, tecnología, sostenibilidad… Nuestra arquitectura refleja el optimista convencimiento de que, gracias a la ciencia, la tecnología y la razón, somos capaces de hacer edificios cada vez con mejores prestaciones objetivas. Una arquitectura inteligible pero que conserva la emoción y el misterio de cualquier creación sincera.
Por otro lado, aunque entendemos que las esferas pública y privada son distintas, en una sociedad avanzada no pueden ser opuestas, enemigas. Para servir mejor a ambos clientes procuramos diseñar los edificios públicos con el rigor presupuestario de los privados y los privados cuidando el contexto urbano, social y medioambiental que suele ser bandera de los públicos.

¿Qué os gustaría que transmitieran vuestros proyectos a los usuarios que los ocupan o habitan?
Para nosotros los usuarios son los verdaderos protagonistas de la arquitectura. Nos gustaría que percibieran que los espacios están hechos para ellos. Que la luz y ventilaciones naturales estudiadas les transmitieran sensaciones de bienestar y calidad. Que la tecnología utilizada está realmente a su servicio, para su confort y seguridad. Que no hay contradicción entre esta tecnología y la referencia constante a la naturaleza a que remite la lógica de esta arquitectura bioclimática.

 

«Procuramos diseñar los edificios públicos con el rigor presupuestario de los privados y éstos cuidando el contexto urbano, social y medioambiental que suele ser bandera de los públicos»

 

La nueva terminal de cruceros de Sevilla que habéis proyectado junto a Buró4 recurre a la prefabricación y modularidad. ¿Qué caracteriza a este proyecto?
Creemos que la calidad de la arquitectura aumenta si se atiende estrictamente a las necesidades del cliente eliminando lo superfluo. Especialmente en una coyuntura económica y medioambiental como la actual. Si además estas necesidades pueden variar en el tiempo, lo mejor es un proyecto económico, ligero, flexible, perfectible, ampliable e incluso transportable o fácilmente removible. El resultado está lejos del concepto de arquitectura pública faraónica desgraciadamente tan común en los años pasados.
El lugar junto al casco histórico, reclamaba no sólo resolver una necesidad funcional portuaria sino algo más. Generar un objeto de calidad arquitectónica que promoviera el diálogo entre el puerto y su entorno urbano.
Junto a Buró4, ofrecimos el servicio de proyecto y obra completos llave en mano que el concurso requería. Todo ello a un precio de ejecución material de 440 €/m2.
Recibimos una respuesta fantástica tanto de los pasajeros y consignatarias de lujo que atrancan allí como de la ciudad. Actualmente, además del uso como Terminal de Cruceros, el edificio también es alquilado para su utilización como sala de actividades culturales (exposiciones, conciertos, pases de moda), lo que permite al Puerto amortizar una inversión ya de por sí reducida.

¿En qué otros proyectos estáis trabajando?
A raíz del proyecto de la terminal, nos han surgido oportunidades de seguir profundizando en las ventajas de la producción industrial y modular de edificios. Así estamos diseñando viviendas exclusivas y otras más básicas, guarderías, y oficinas. Y gracias al equipo formado con Buró4, ofrecemos el edificio llave en mano con un ahorro del 25% sobre el precio de un edificio convencional y una reducción de un 80% en el plazo de ejecución. Con ellos también estamos estudiando proyectos de resort turísticos y energéticos en Latinoamérica, y otros proyectos de arquitectura portuaria.
También disfrutamos mucho colaborando para todo lo relacionado con los puertos con el experto en la materia, el Ingeniero de Caminos David Martínez Lorente.
Nos interesa mucho también continuar la colaboración con la Universidad de Sevilla en proyectos de investigación como el mencionado.
Otro proyecto en el que estamos trabajando ahora mismo es un hospital muy especial.

05

¿Qué se le exige hoy en día a un arquitecto a la hora de llevar a cabo un proyecto?
La clave es ser capaz de reunir el equipo específico necesario para cada proyecto. Que el arquitecto disfrute realmente con ese trabajo en equipo, aprendiendo y dejándose aconsejar por el que realmente sabe. Que transmita el entusiasmo por el proyecto al resto del equipo de modo que todos lo hagan suyo. Así se puede hacer frente a cualquier reto.
Tanto si es público como privado, es para nosotros necesario que en este equipo esté integrado el cliente. De esta forma también se le transmite el entusiasmo por “su” proyecto realizado “a medida”.
Todos al final tienen cierta sensación de autoría compartida que es lo mejor que le puede pasar al equipo y al proyecto.

 

¿Hacia dónde consideráis que se dirige el sector de la arquitectura en nuestro país?
Sin duda hacia la destrucción creativa. Mucho está desapareciendo y lo que viene es distinto. Habrá que racionalizar tanto la generación de los proyectos como su ejecución.
La arquitectura no podrá ser una actividad generada desde la soledad mística del taller. Debemos ser capaces de ofrecer un servicio integral que incluya la generación de arquitectura eficiente. Se tiene que demostrar que ésta cumple su misión al servicio del cliente con un uso medido de los recursos físicos y económicos. La forma de producir estos proyectos será fruto más del consenso de equipos realmente multidisciplinares que de la autoridad o genio individual.
Por otro lado, nuestra construcción está en un proceso de necesario e inevitable desarrollo hacia a una industrialización más completa de los procesos que asegure la calidad del producto. Creemos que la tendencia será, como en el resto del mundo civilizado, a la obra en seco y las soluciones industriales modulares.
Estamos en un momento muy interesante para la arquitectura si participamos activamente en esta evolución.

 

Fotografías: Jesús Granada