El nuevo complejo turístico hotelero, realizado por el estudio valenciano Sanahuja & Partners, se organiza en torno a una villa del siglo pasado de corte clasicista que se encuentra protegida por la normativa urbanística local y que ha sido rehabilitada recientemente como vivienda unifamiliar de alto standing.

Fase I. La Villa

“Un lenguaje clásico depurado”

Se trata de una intervención y rehabilitación de una villa de la primera mitad del siglo XX con un grado de protección ambiental por patrimonio local pudiendo, por tanto, ser objeto de obras de conservación, restauración, rehabilitación y reestructuración. Es preceptiva la conservación de su configuración volumétrica y guardar un área de respeto a su alrededor con unas separaciones mínimas para las nuevas edificaciones a construir.

La villa está fechada en 1950. Se trata de una vivienda unifamiliar aislada orientada desde su origen a segunda residencia de verano. De marcado corte clasicista, consiste en una edificación perfectamente simétrica respecto a su eje longitudinal norte-sur. De planta rectangular, el volumen principal de la edificación es de una sola planta. En su centro emerge un volumen a modo de torreta en dos niveles de planta rectangular pero con sus cuatro esquinas achaflanadas, de forma que resulta una figura de planta octogonal de lados desiguales.

El eje de simetría del edificio es el que organiza su composición y organización en planta. Presenta sus dos accesos principales en sus testeros norte y sur, de forma que el ubicado en el lado norte funciona como ingreso principal a la vivienda dando paso en el interior a un recibidor-distribuidor, mientras que el situado en el lado opuesto se abre mediante un gran porche cubierto a la terraza principal, orientada hacia el mar y a la parte más amplia de sus jardines. Este porche funciona como un verdadero salón exterior bien protegido de la radiación solar en los meses de verano.

Entre ambos accesos se interpone la pieza octogonal central, que en planta baja funciona de comedor como lugar principal de reunión familiar en torno a su mesa. A dicho espacio se abren en sus cuatro esquinas las dependencias circundantes que complementan el programa: un salón, conectado con un despacho, la cocina, tres dormitorios, un aseo y un baño y, por último, la escalera que conduce a la planta superior de la torreta central, en la que se sitúa otro dormitorio con baño y con salida a una terraza sobre el porche cubierto del lado sur.

Su composición clasicista se manifiesta en un alzado tripartito mediante una base de encuentro con el terreno, una parte intermedia de desarrollo conteniendo la fenestración dentro de un orden muy sencillo de lesenas (columnas en la parte del porche sur) y un remate con friso, cornisa y balaustrada, que prácticamente oculta la visión de la cubierta inclinada de teja árabe. La torreta central aparece al exterior como un volumen central más elevado rematado también mediante friso, cornisa y balaustrada y cubierto con tejado inclinado de teja árabe.

Para explicar el contexto a que nos referimos nos remontaremos a finales del XIX y principios del XX, cuando un selecto grupo de familias castellonenses y valencianas construyen en esta virginal bahía lo que se conoce como el Biarritz valenciano, un conjunto de villas de gran diversidad y riqueza arquitectónicas.

Por todas estas consideraciones la intervención propuesta trata de respetar al máximo la tipología original y las alteraciones se justifican como elementos de consolidación y refuerzo estructural.

En cuanto al interiorismo se propone un lenguaje clásico aunque algo depurado, de manera que tradición y modernidad convivan de forma tranquila en unos espacios de altas proporciones abiertos hacia el jardín perimetral que se renueva y completa la actuación.

Fase II. El Hotel

“Diálogo pasado y presente”

EI complejo turístico hotelero se organiza en torno a esta villa del siglo pasado que se encuentra protegida por la normativa urbanística local y que ha sido rehabilitada recientemente como vivienda unifamiliar.

Se compone de dos edificios de nueva planta que abrigan la villa por sus lados norte y oeste conformando un nuevo telón de fondo más adecuado a su escala al interponerse a los grandes bloques de apartamentos de su entorno. Se proyecta una volumetría escalonada adaptada a la topografía y muy permeable hacia la villa antigua. De esta manera se contribuye a su puesta en valor junto con el rediseño del jardín del conjunto.

El alojamiento se ubica al oeste, en dos plantas sobre rasante y cuenta con un gran aparcamiento bajo rasante. El bloque de servicios del hotel se dispone en la parte norte y alberga un restaurante/salón de eventos en planta baja y una sala multiusos en planta sótano. Su volumetría y materialidad permiten su integración en un conjunto cuyo carácter unitario abarca incluso el tratamiento del vallado perimetral como elemento destacado en la composición global.

La parte sobre rasante del edificio se destina por completo a las unidades de alojamiento (apartamentos) y al restaurante del hotel, mientras que en la planta bajo rasante se ubican los usos comunes tales como el garaje-aparcamiento, la recepción, un salón, almacén, aseos públicos, vestuario de personal y elementos de circulación como pasos, escaleras y ascensores.

La zona de oficio-cocina se plantea junto al comedor del restaurante en planta baja. La parte de alojamiento emerge sobre rasante en un bloque. Sus forjados se escalonan con un desnivel de un metro para adaptarlos mejor a la topografía de la parcela, de forma que el forjado de planta baja nunca levanta más de 80 cm por encima de la rasante natural del terreno, y la altura de cornisa queda siempre por debajo de los 7m.

El programa funcional del hotel-apartamento consiste en:

En planta sótano, se sitúa el aparcamiento. Desde el aparcamiento se accede directamente al espacio de recepción con zona de consigna para guardar maletas.

Desde recepción se puede acceder mediante escaleras y ascensor a las plantas superiores de las unidades de alojamiento y al jardín y resto de zonas comunes del hotel.

En plantas baja y primera se distribuyen las unidades de alojamiento (apartamentos) de nueva planta al que se suma el edificio preexistente de la villa, que es una unidad de alojamiento más. Así pues, el hotel contiene un total de 26 apartamentos de los cuales: 24 son estudios con baño, 2 son apartamentos de un dormitorio con baño y por último la antigua villa rehabilitada, que consta de 4 dormitorios, 3 baños, un aseo, cocina, comedor, salón, terrazas y cuartos técnicos y de servicio.

Arquitectos: Sanahuja & Partners

Año de finalización: 2019

Fotografía: Joan Guillamat