Calma, confort y quietud son la triada sobre la que se asienta el diseño de este espacio en Bilbao diseñado por Lázaro Estudio, junto al uso de materiales naturales y la eficiencia energética. Una experiencia visual y sensorial que complementa la funcionalidad del centro: la paz interior..
Raquel Lázaro, al frente de Lázaro Estudio, ha diseñado Ma.na yoga un centro en Bilbao que cumple a la perfección la regla del diseño puesto al servicio del objetivo: espacios dedicados al cuidado del cuerpo y la salud. Madera, revestimientos de cal, tonos calmados, iluminación tenue… crean ambientes que representan a la perfección la finalidad de esta disciplina: la paz interior.
Es un centro especializado en yoga Navakarana -que combina respiración, sonido y movimiento- situado junto a la ría de Barakaldo, con unas vistas espectaculares. Precisamente, la fachada realizada en cristal quiere potenciar y facilitar esta vista a la ría y la conexión con el exterior. Los rótulos, en madera, y la presencia de plantas refuerzan la idea de conexión con la naturaleza.
El interior se presenta como un gran espacio diáfano que se ha dividido en dos a través de una cortina doble de algodón orgánico, diseño de Lázaro Estudio, con una de las caras formando un arco, elemento arquitectónico que se repite en el interior y da cohesión al conjunto. Un único tipo de pavimento de resina teñido en color nude, también contribuye a esta idea de unidad.
La entrada está presidida por una lámpara tipo Vértigo de Petite Friture y un gran banco de obra -realizado por el estudio, al igual que el resto de los muebles- con revestimiento de cal y cojines que se pueden usar también en el suelo. Además de para recibir a los alumnos, en esta zona se realiza el yoga brunch, que cocina la propia profesora y dueña del centro, Ainara Mintegui. La mesa del centro y la auxiliar delante de la cortina son de Taller de Indias. Cada rincón está diseñado con mimo para sentir cuidado, calma y plenitud en cada esquina.
Tras la cortina, se encuentran el baño y los vestuarios -separados del resto del espacio por una celosía de barro-, un nicho en el que encastra la cocina, varias hornacinas para guardar la equipación y la gran sala de prácticas.
Se trata de un espacio muy grande que hubo que repensar, ya que en esta especialidad de yoga el sonido es muy importante. “Pensé en la idea de cueva recogida para potenciar la sensación de confort y que la sonoridad se transmitiera mejor. El efecto túnel con las esquinas redondeadas hace que el sonido se transmita de forma muy adecuada. Además, quería remitir a la naturaleza como quería la propietaria”, comenta Raquel Lázaro. Esa sensación de cueva se generó a través de arcos y techos en bóveda, con la utilización de materiales nobles y lo más naturales posible.
Destaca el uso de la madera de roble en muebles y todas las carpinterías. Las paredes se dejaron en el hormigón original que alterna con paños en mortero a la cal, realizados por Baracolor con métodos artesanos. Para reducir el consumo eléctrico, la calefacción es por suelo radiante y cuenta con un sistema de renovación del aire. La empresa constructora fue Creating Homes.
Fotografías: Erlantz Biderbost