Este año el FAD distingue el trabajo y trayectoria de un artista con proyección internacional y una institución que ha incorporado el diseño como herramienta para mejorar el bienestar de los niños. Por un lado, se le otorgará una Medalla a Antoni Miralda, que desde la década de los sesenta ha concebido las piezas de arte como acciones y rituales llenos de simbolismo, color y participación social, provocando que el espectador viva y forme parte del arte en primera persona. Por otro lado, al Hospital Sant Joan de Déu Barcelona, el centro referente en atención maternoinfantil, un caso de éxito sobre como el diseño y la arquitectura pueden hacer nuestra vida más confortable.

El jueves 7 de mayo se celebró el FAD live!, un encuentro virtual de socios de la entidad que reúne la parte lúdica de la que tradicionalmente ha sido la Asamblea y fiesta anual de socios del FAD. En este marco tuvo lugar la entrega de las Medallas del FAD 2020, unos galardones que desde 1928 distinguen cada año el reconocimiento al trabajo y la trayectoria de uno o de diferentes personajes, proyectos o instituciones por su trabajo global o por una trayectoria vital sólida y continuada en alguno de los múltiples terrenos que integran el conjunto de las artes. Entre otras personalidades e instituciones, han recibido la Medalla del FAD en los últimos años la empresa Teixidors, Tortell Poltrona, Santiago Cirugeda, Leopoldo Pomés, el Institut del Teatre, Oscar Tusquets, Santa Eulàlia, la PAH, el Banc dels Aliments, Muriel Casals, Josep Ramoneda o Sybilla.


Antoni Miralda

“Por ser uno de los artistas catalanes vivos con más proyección internacional, que ha expuesto en muchos espacios y todos ellos muy transversales. Por concebir las piezas de arte como acciones y rituales llenos de simbolismo, color y participación social. Por hacer de la comida un ritual participativo y primordial, a través del cual crea imágenes plásticas que traspasan las paredes del estudio o del museo. Por hacer que el espectador viva y forme parte del arte en primera persona. Por desarrollar proyectos donde el «diseño» visual de la performance es capital. Por su trayectoria y obra singulares, y por su personalidad única”. Junta del FAD

Sus primeras obras, Soldats Soldés (1967-1972), se conocen como objetos «as-semblages» de carácter antimilitarista, partiendo de la acumulación de soldados de plástico blanco.

Vive el París de los sesenta, donde empieza a realizar proyectos como banquetes y rituales introduciendo el ceremonial de la comida como elemento creativo a partir del color y su simbolismo.

Reside en Nueva York de los setenta a los noventa, donde trabaja incidiendo en el espacio públic y participativo alrededor de lo que es comestible. Cabe destacar Fest für Leda, Documenta 6, Kassel (1977), Breadline, CAM, Houston (1977), Wheat & Steak, Kansas City (1981), Santa Comida, Nueva York, Miami, Paris, Barcelona … (1984- 89), la creación junto a Montse Guillén del reconocido restaurante El Internacional en Tribeca, Nueva York (1984-1986) y el proyecto Honey-moon (1986-1992), celebrando la boda imaginaria entre llibertad y conquista a través de la Estatua de la Libertad de Nueva York y el Monumento a Colón de Barcelona, ​​explorando el intercambio culinario y cultural entre el Nuevo y Viejo Mundo.

En la Bienal de Estanbul de 1997 presenta otro de sus proyectos más destacados: Sabores y Lenguas, un work in progress que profundiza en la cultura de la comida. Este viaje poético a través de los gustos y las costumbres populares se va convirtiendo en uno de los pilares conceptuales del Food Pavilion que Miralda realiza pera la Expo 2000 en Hannover y que más tarde conducirá al proyecto FoodCultura.

En 2010 el Reina Sofia presenta De gustibus non disputandum, una retrospectiva de su obra en Madrid y en 2015 el MACBA reúne en Barcelona todos sus proyectos americanos en la exposición Miralda Madeinusa. En 2018 se le concede el Premio Velázquez de Artes Plásticas.

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Hospital Sant Joan de Déu Barcelona

“Por haber incorporado el diseño, en todas sus vertientes, como una herramienta para la mejora del bienestar de los niños durante las residencias en el hospital. Por haber huido de la infantilización y haber creado un código visual eficaz para todos los usuarios del centro, desde niños a adolescentes, personal sanitario y familias. Por desarrollar proyectos con profesionales y escuelas de diseño que reconfiguran el entorno entendido desde la plasticidad del cerebro, el cual influye de manera directa en el sistema inmunológico y así, contribuir a la recuperación de las enfermedades de un colectivo especialmente vulnerable. Por entender la figura de los hospitales como instituciones que promueven la innovación, parte de esta a través del propio diseño en la mejora de las experiencias del paciente. Por ser un caso de éxito sobre cómo el diseño y la arquitectura pueden hacer nuestra vida más confortable.” Junta del FAD.

 

Sant Joan de ¨Déu es un hospital dedicado exclusivamente a la atención de mujeres, niños y adolescentes menores de 18 años y uno de los centros maternoinfantiles más importantes de Europa por su actividad. Se trata de un hospital privado sin ánimo de lucro que pertenece a la Orden Hospitalaria de Sant Joan de Déu y que está concertado por el Servei Català de la Salut de la Generalitat de Catalunya, formando parte de la red de hospitales de utilización pública.

Forma, junto al Hospital Clínico de Barcelona -con el que mantiene una alianza desde el año 1992- uno de los grupos hospitalarios con mejor reputación de España en el ámbito de la gestión, la asistencia y la innovación.

El estudio Llongueras Clotet Arquitectes inició el plan de renovación del hospital en 2004, con la reforma del Servicio de Diagnóstico para la Imagen, un plan que todavía hoy continúa. El objetivo de éste ha sido crear un entorno agradable para contribuir a reducir la ansiedad en los niños que tienen que recibir tratamiento.

Entre las reformas realizadas sobresale el nuevo hall del hospital, que ha permitido salvar el desnivel entre el edificio y la gran plaza que hay delante. También destaca el nuevo espacio creado para el servicio de Urgencias, que se ha convertido en una gran fachada sobre la ciudad, así como el nuevo edificio de Consultas externas.

En todo el proyecto han tenido un especial cuidado por la luz, por los colores y los materiales, con el fin de transmitir buenas sensaciones y tranquilidad a las familias.

El estudio de interiorismo Rai Pinto y el diseñador gráfico Dani Rubio Arauna han sido también piezas clave en el diseño del interiorismo y en los elementos gráficos del centro, ya que han conseguido crear un código visual muy singular y comprensible. Se ha trabajado para introducir el arte en el espacio como un elemento diferenciador, así como objetos sorprendentes para los más pequeños, desde grandes peceras que hacen de ventana, a esculturas para interactuar.

El sistema de señalización es también un elemento sorprendente para los visitantes, ya que lo pueden entender facilmente y transformar en un actora lúdico el hecho de caminar por los largos pasillos y salas de espera de un centro hospitalario.

El interiorismo y el sistema gráfico aplicado a las áreas reformadas del hospital han sido reconocidos y premiados a nivel internacional con galardones tan prestigiosos como el Interior Design Best of the Year Award, el D&AD Award, y los Premios ADG Laus de diseño gráfico y comunicación visual.