Cubrición ligera y abierta para albergar diferentes usos

Desde el colegio, se transmite la necesidad de crear en el patio, una zona exterior cubierta que proporcione al alumnado protección ante la lluvia y el sol durante los recreos. Además, como habitualmente en este tipo de intervenciones, se cuenta con un presupuesto muy reducido, así como unos plazos de ejecución muy ajustados, coincidente con los meses de verano. El colegio se encuentra en una parcela dotacional, constituyendo el borde Sur del núcleo urbano: límite entre el paisaje urbano y el rural.

Estrategias de uso
Se plantea el patio de juegos como espacio coeducativo, surgiendo la oportunidad de poner en valor los espacios periféricos del mismo, así como del resto de actividades diferentes a las meramente deportivas y que habitualmente se desarrollan en los márgenes.

La idea se contrapone a la tradicional cubrición de una pista deportiva al uso, en la que se abarcan grandes luces, y que pretende trasladar las actividades deportivas de las canchas a cubierto. Además, el terreno resistente se encuentra a gran profundidad, por lo que para una construcción de dichas características, sería necesario el uso de cimentaciones profundas, con su consecuente encarecimiento.

Por lo que se piensa en introducir un elemento de cubrición para una zona sin un uso específico, que pueda albergar el juego libre u organizado, y muchas otras actividades. Dado que el patio del colegio permanece abierto todos los días del año, podrá ser usado además por el resto de personas de la localidad.

Solución Adoptada
Se plantea una cubrición ligera, con un perímetro que se ajusta exactamente a los límites Sur de la parcela, borde urbano de Mendigorria, y a los límites de las pistas de juego reglado, separándose del edificio construido, creando un nuevo paisaje urbano que enmarca el paisaje natural: atalaya abierta al paisaje. Se apropia de los espacios marginales del patio del colegio, poniéndolos en valor, y abriendo la posibilidad de que surjan otro tipo de juegos y actividades además del deporte: el patio de juego como espacio coeducativo.

La geometría no obedece a una función o uso determinados, como en las instalaciones deportivas, sino que se propone como un objeto autónomo y abstracto que invita a ser colonizado y usado de forma subjetiva y creativa.

Para ello, se dispone una retícula de pilares esbeltos, (bosque de pilares), que conforman la estructura vertical, mediante tubos metálicos de sección reducida, que reparten el peso de la cubierta, y transmiten cargas mínimas a la solera.
Materialidad y abstracción

El plano de la cubierta es el protagonista. Un único plano ligeramente inclinado, con pendiente mínima; recortado por una línea curva en los límites de las canchas regladas. La cubierta se materializa en una chapa metálica grecada, muy regular, con ondas muy marcadas, creando un efecto de superficie vibrante.

La estructura horizontal de la cubierta, es de tubos de acero de 100×200 mm y queda presente en el interior del espacio cubierto, donde no se diferencia entre estructura principal y secundaria. Una retícula isotrópica, sin jerarquías, desligada de la geometría de la cubierta, que se extiende por el patio del colegio, con la posibilidad de colonizar otros espacios, creando diferentes visiones cruzadas, así como perspectivas cambiantes ante la superposición de las distintas tramas y direcciones, que junto con el bosque de pilares que sustenta todo el conjunto, crea percepciones propias de una sala hipóstila rodeada de paisaje.

Nombre: MendiStoa Localización: Calle de las Escuelas 2 – 31150 Mendigorria Usos: Cubierta exterior, amabilización patio de juegos Superficie: 461 m2 Prespuesto: 116.216 Estructura: Tubos de acero laminado Cubierta: Chapa grecada Arquitectos: Raul Montero Martínez, Emilio Pardo Rivacoba, Iñigo Yoldi Arbizu Colaboradores: Josep Agustí Ciurana (cálculo estructura) Promotor: Ayuntamiento de Mendigorria Constructora: HMB Obras y Servicios Fotografías: Raul Montero