Ubicada en una calle tradicional del barrio valenciano de El Cabañal, la casa mirasol de Iterare arquitectos se recupera como una obra singular de este importante distrito marítimo de la ciudad de Valencia. Una construcción humilde, sencilla y anónima que obedece a la tipología característica de aquellas antiguas viviendas de pescadores que en su día configuraron las calles del barrio.
A partir de ahí la casa, rescatando el legado de la obra original, fundamenta su intervención en la revisión tan particular que esta realiza sobre algunos de sus elementos más característicos: ya sea el caso de la fachada, escindida con delicadeza del histórico edificio de viviendas al que pertenece; o el cuerpo de lucernario, que a la manera de un mirasol, se alza con autonomía y significancia sobre las vetustas cubiertas del barrio.
Parece natural por tanto, que desde el punto de vista espacial, sea ese mismo lucernario el elemento más significativo de la casa. Un auténtico vacío de luz (y de sombra) capaz de retener entre sus superficies la delicada variación que la luz del Mediterráneo nos ofrece durante el día. Así la vivienda variará su atmósfera, y por tanto su habitar, conforme el cielo mude su apariencia; de las imponentes sombras de la mañana recortadas sobre las paredes del mirasol, a los delicados tonos del atardecer, ya más sutiles y amables.
Mientras tanto, en la parte trasera, un pequeño patio asegura una brisa constante y suave sobre cada una de las estancias de la casa -ya se encuentren estas en planta baja o primera-, gracias a la eficacia con la que de nuevo el mirasol, ahora convertido en vasto conducto de ventilación, es capaz de orientar los distintos flujos de subida y de bajada que deambulan por los espacios de la casa.
Fotografías: David Zarzoso