GRAS Reynés Arquitectos junto con los diseñadores de interiores Rialto Living completan la reforma de la antigua finca agrícola de Son Bunyola en un hotel de 26 habitaciones para Virgin Limited Edition, la colección de impresionantes retiros de Sir Richard Branson.

 

La finca de Son Bunyola, de más de 500 hectáreas, está situada en el municipio de Banyalbufar en Mallorca, a los pies de la Sierra de Tramontana. Un espacio natural declarado Patrimonio de la humanidad de la UNESCO. Una gran área de alto valor ecológico que engloba un alto nivel de protección medioambiental.

Dicha finca, tal y como la conocemos hoy en día, es el resultado de numerosos cambios y renovaciones a lo largo de la historia. Son Bunyola data del s. XIII cuando fue una granja árabe, la Alquería Torre. La torre principal de Son Bunyola data de esa época. Todas las transformaciones durante las décadas siguientes finalizaron con la reforma de 1931 cuando las últimas modificaciones se realizaron en el exterior, incluyendo la extensión del edificio principal, la renovación del exterior e interior de los muros, la construcción de la torre moderna, la cisterna del patio, el nuevo bloque al noroeste de la finca, el molino de aceite y otras edificaciones agrícolas. El resultado es la finca que conocemos hoy en día, una de las edificaciones más significativas del patrimonio arquitectónico de la isla. Son Bunyola es única y por ello tiene un alto nivel de protección.

El proyecto empezó desde la última reforma de 1931 restaurando el resplandor de la finca y sus alrededores transformando una antigua granja agrícola en un hotel de la cadena hotelera Virgin Limited Edition. La intención de preservar todo el valor histórico de las edificaciones y reanudar la actividades agrícolas y ganaderas de la finca, siempre enfocados en la sostenibilidad.

El primer reto del equipo de diseño, liderado por GRAS Reynés Arquitectos, fue estudiar en detalle los numerosos cambios que se fueron realizando a lo largo del tiempo, en orden de restaurar y exhibir los elementos históricos más relevantes y espacios arquitectónicos.

Son Bunyola se compone de un edificio principal, el molino de aceite llamado Tafona y varios edificios anexos alrededor del edificio principal. Todo el conjunto de alrededor con 3.500m2 en área construida. El edificio principal es una construcción cuadrada con un patio central rodeado por arquerías y 2 torres. Una de las torres es de la época de la Edad de Oro del Islam, mencionada anteriormente, y la otra fue el resultado de la reforma realizada en 1931. El edificio principal alberga la mayor actividad del hotel, ofreciendo increíbles vistas del mar Mediterráneo y la Sierra de Tramontana, con la famosa Sa Foradada, visible desde la terraza y los jardines. En la planta baja encontramos las áreas comunes como recepción, y dos restaurantes. En la primera y segunda planta encontramos la mayoría de las habitaciones. El hotel incluye un pequeño spa con cabinas para tratamientos corporales.

Adjunto al edificio principal encontramos el Tafona y las áreas agrícolas. El Tafona, cuyo molino de aceite ha sido restaurado, recuperando el histórico en su antiguo uso, siendo así accesible para el público ya que el resto del edificio esta reconvertido en un segundo restaurante y en un hotel.

Entre los dos edificios, y aprovechando una gran terraza histórica, se encuentra la piscina, desde la que se disfruta de unas magníficas vistas del campo circundante y de la mencionada Sa Foradada.

El proyecto se basa en una rigurosa reconstrucción histórica de los edificios existentes utilizando materiales nobles, tradicionales y locales. Se restauraron elementos históricos existentes como carpinterías de madera, arcos de piedra, molduras de madera y de estuco, artesonados de madera, pinturas de mortero y cal, pavimentos hidráulicos, forja, e incluso algunas piezas singulares como el sagrario de la capilla o la escalera de estilo novecentista. Todo ello combinado con la introducción de nuevos y modernos materiales adecuados al uso hotelero. Aunque se trata de una restauración histórica de un edificio protegido, en la que era necesario ceñirse al edificio existente, se han aplicado todas las estrategias posibles de protección del medio ambiente, sostenibilidad y ahorro energético. Desde aislamiento térmico de alto rendimiento en las paredes, siempre que ha sido posible, hasta unidades de aire acondicionado de alto rendimiento con recuperación de calor. La energía para todo el complejo se genera mediante una caldera de biomasa alimentada por los residuos de poda y masas forestales producidos en el propio emplazamiento.

Se ha prestado especial atención al ciclo del agua, un recurso escaso en la isla de Mallorca. El agua potable del hotel procede de sus propios pozos y de un gran aljibe situado al pie de la montaña. Para conseguir un mayor volumen de almacenamiento, se restauraron todos los aljibes existentes en la propiedad. Toda el agua de lluvia que cae sobre los tejados y terrazas se recoge y almacena en estos aljibes, recuperando la estrategia hidráulica original de la finca de recoger la mayor cantidad posible de agua de lluvia. Además, el hotel dispone de su propio sistema de depuración de aguas para que el 100% de las aguas residuales puedan depurarse y reutilizarse para regar los jardines, eliminando la necesidad de aguas residuales.

Fotografías: Tomeu Canyellas Photography + Virgin Limited Edition