Beatriz Antolín, del estudio BA3 arquitectura técnica, analiza cómo el color del agua de la piscina influye en que la experiencia sea más o menos agradable.

 

El mundo de las piscinas es un mundo apasionante que a parte de refrescarte también generan connotaciones positivas asociadas a la diversión, la relajación y la buena salud. Si piensas en una piscina seguro que te viene a la mente diversión y bienestar. Son espacios pensados y diseñados para vivir momentos.

Hace poco leí una libro muy interesante PISCINOSOFÏA, de la autora Anabel Vázquez, ella describe en ese libro la alegría y la felicidad que le producía en su cuerpo y mente ir a la piscina, por eso siempre estaba en búsqueda de piscinas. Hay un párrafo me gustó mucho: «y ahí supe que quien posee una piscina también guarda en el bolsillo la llave de la alegría de otras personas».

Pero, ¿el color del agua de la piscina influye en que la experiencia sea más agradable o menos?

El agua, si la observamos en un vaso, es realmente transparente. Sin embargo, en ocasiones tendemos a pensar que el agua es azul porque refleja el cielo. ¿Sabes a qué se debe ese efecto? El color azul del agua se debe a un fenómeno denominado «dispersión de Rayleigh«. Sin entrar en tecnicismos, debes saber que este efecto consiste en que, el agua absorbe con mayor facilidad las frecuencias de longitud de onda larga (tonos rojizos, amarillos y anaranjados) que las de onda corta (tonos azules), en consecuencia las longitudes de onda no absorbidas rebotan y son entonces captadas por nuestros ojos. Ese es el motivo por el que para nuestros ojos el tono percibido será el azul.

El efecto de la «dispersión de Rayleigh» se ve intensificado a medida que aumentamos la cantidad de agua en el vaso de la piscina. De modo que, en piscinas con mucha profundidad el agua tenderá a verse de un tono azulado más oscuro. Y, por el contrario, en piscinas con una profundidad menor a los 50 cm. este efecto pierde intensidad y es por ello que veremos el agua más transparente.

La luz que reciba la piscina también afectará al tono percibido en sus aguas. Aquellas piscinas que, por su situación, reciban una luz del sol más directa se percibirán con un agua más clara. Del mismo modo, si la piscina estuviese situada en una zona sombría, veríamos sus aguas más oscuras.

Los colores son el resultado de una determinada concentración de la frecuencia luminosa. Tienen efectos sobre nuestra mente y sobre nuestro cuerpo físico.

Normalmente a la hora de diseñar se le presta más atención a la forma de la piscina que a la cromoterapia. Por eso, a la hora diseñar la piscina tenemos que tener en cuenta que sensación queremos conseguir con el color del agua. Y eso también dependerá del espacio que estemos diseñando, del entorno, etc. Si se trata de un espacio de relax como un spa o de un espacio destinado a fiesta y aventura.

Los colores como ya sabemos los podemos agrupar en dos grandes grupos, uno serían los colores cálidos y otro los colores fríos. Los colores cálidos son el rojo, el naranja, el amarillo, tienen la acción de estimular el sistema nervioso simpático, es decir, sobre aquellas funciones que se realizan que requieren una gran actividad como son la aceleración de los latidos cardiacos, la dilatación de los bronquios, la liberación de glucosa por el hígado, la dilatación pupilar, pero inhiben los procesos digestivos.

Los colores fríos son el turquesa, el índigo, y el azul, e influyen activando el sistema nervioso parasimpático, es por eso que permite un estado de tranquilidad, disminuye el ritmo del corazón, contrae los bronquios y las pupilas, estimula las funciones digestivas. Además tienen efectos sedantes y alcalinizantes sobre el pH.

Está demostrado que los colores azules tienden a incentivar la entrada y salida de la piscina, con la idea de refrescarse. En cambio, las tonalidades más claras con colores arena, blanco o similar, resultando tonos de agua sumamente claros y relajantes. incitan a estar más tiempo en el interior de la piscina.

Los ocres y colores arena aportan sensación de frescura a tu piscina.

Los blancos son perfectos para conseguir piscinas con tonos de agua azul cielo. Esta tonalidad del azul aportará a tu piscina de luminosidad, serenidad y relax . Se suele utilizar en los spa.

Color tierra y marrón a parte de transmitir frescura, estas tonalidades son perfectas para conseguir la auténtica sensación de belleza y de brisa de verano del mediterráneo fusionándose con la naturaleza.

Los colores oscuros, son colores fríos. Hablamos del azul oscuro y negro, son colores elegantes pero que no apetece darte un baño a no ser que hagan 45ºC a la sombra. Es un poco exagerado, pero ese color de agua da la sensación de frío y no apetece bañarse. Además, al no verse el fondo, también puede perturbar un poco la mente. La película de tiburón traumatizó a más de una generación.

Lo bueno que tienen esos revestimientos oscuros es que absorben más el calor del sol y el agua está más calentita.

Ahora ya sabes que el color del agua hará que disfrutes y te relajes del momento piscina o te alteres y no quieras volver nunca más. Y ya que vas ha realizar una inversión es importante que lo tengas en cuenta.