El hotel Casa Camper de Berlín fue el segundo hotel desarrollado por la conocida marca de calzado mallorquina Camper. El diseño del hotel mantuvo el concepto original desarrollado en Barcelona por el diseñador industrial Fernando Amat. Tras 12 años desde su apertura en 2009, el edificio necesitaba una renovación. GRAS Reynés Arquitectos fue el encargado de esta tarea junto con la arquitecta berlinesa Laura V. Rave. .
El proceso comenzó con la renovación de las habitaciones y de la planta superior, el llamado tentempié. Se trata de una zona para huéspedes abierta las 24 horas del día, en la que los clientes pueden tomar bebidas, comer y disponer de un espacio para relajarse y reunirse.
Las habitaciones se restauraron manteniendo intacto el concepto original desarrollado por Fernando Amat, mientras que el tentempié se transformó por completo, convirtiendo las salas de reuniones y los comedores existentes en un gran espacio abierto a las vistas de la ciudad. Una estantería alargada y espejada protege la zona destinada a los servicios, al tiempo que refleja, con una pequeña distorsión, las vistas a la ciudad. Una serie de bancos dispuestos a lo largo de la estantería y de la fachada proporcionan suficiente espacio para comer y desayunar, reservando así, el área del rincón como una zona de descanso con sofás y sillones.
Por último, Casa Camper quería un nuevo concepto de vestíbulo, cafetería y tienda de zapatos que se ajustara mejor a la personalidad de la marca. Junto al equipo de arquitectos holandeces MVRDV, Café Camaleón se desarrolla ocupando la planta baja, utilizando materiales especialmente seleccionados para crear una fuerte gradiente de color que sirve para organizar el espacio.
Los ritmos de actividad de los tres programas son muy diferentes, por lo que es poco probable que estén concurridos al mismo tiempo. Por consiguiente, se planteó la posibilidad de combinar los tres programas en un solo espacio, creando un área flexible que pudiera adaptarse a lo largo del día, así como a las necesidades futuras, aprovechando las sinergias entre las distintas funciones. Aunque las tres áreas funcionan de forma muy diferente, todas comparten un elemento necesario: un mostrador para interactuar con los clientes. Por ello, el elemento clave del espacio es un único mostrador de 18 metros de largo que sirve para las tres funciones.
A cada función se le dio su propio color: rojo para el vestíbulo del hotel; blanco para el escaparate, siguiendo las especificaciones de las tiendas Camper Lab; y marrón para el restaurante, inspirado en el color del Milchkaffee alemán. Para mostrar la interacción entre los distintos programas, los colores se funden entre sí, creando un gradiente de color a lo largo del espacio que es visible en los suelos, las paredes y el mostrador. Estos colores vibrantes inspiraron el nombre del proyecto, Camaleón, ya que el aspecto del espacio será muy diferente según el punto de vista de cada uno. Camaleón también hace referencia al primer zapato de la marca de 1975, el Camaleón.
Fotografías: Daria Scagliola