La galería Maisterravalbuena abre nuevo espacio diseñado por el estudio Carbajo Hermanos junto al Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía, en la calle Hospital n.º 8, tras más de tres lustros en la emblemática calle Doctor Fourquet. Un nuevo punto de encuentro en el que los galeristas Pedro Maisterra y Belén Valbuena reflejan la evolución de su proyecto, su relación con los artistas y su apuesta por fijar una conversación pausada en torno al arte.

 

A través de un recorrido circular, la nueva sede, diseñada por el estudio Carbajo Hermanos con una fachada de grandes ventanales y 500 metros cuadrados, propone una experiencia de descubrimiento y disfrute que se extiende más allá del espacio expositivo. En palabras de los directores, “este nuevo espacio se convierte en el sitio idóneo para expresar las ideas y experiencias adquiridas. Hemos concebido la galería como un espacio abierto que ofrece una visita acogedora, un lugar donde quieres quedarte y venir habitualmente”.

El 11 de febrero abrió al público con la muestra Miradas y formas, un proyecto que propone un encuentro entre artistas de distintas generaciones que refleja la identidad de la galería y las claves de su proyecto. Artistas con los que Maisterravalbuena trabaja desde hace años como Jacobo Castellano, Regina de Miguel o Néstor Sanmiguel Diest, artistas admirados como Eva Lootz, N. Dash y Jean-Luc Moulène y artistas históricos con los que se propone un diálogo entre el presente y la memoria como Luis Gordillo.

La nueva galería orientada hacia el sur se ha realizado con una paleta de colores que recuerda a la de los años 60 y que trata de conectar pasado, presente y futuro en una reivindicación de lo local con el aire contemporáneo y actual. Además, un gran salón servirá para conversar y crear lazos pero también se convertirá en un espacio donde poder compartir un momento distendido con los artistas y los coleccionistas.

Miradas y formas

La galería es el espacio de experimentación original, el primer espacio donde el galerista crea el contexto necesario para que las obras de arte expresen significado. La asociación profesional entre artista y galerista deviene en emocional al momento de coincidir en modos de entender y ejercer la profesión, las miradas y formas que compartimos.

Estos son los principios que han modelado el proyecto arquitectónico del nuevo espacio de Maisterravalbuena, que es resultado de la historia y de las experiencias comunes con su nómina de artistas. La manera de entender nuestra práctica, las necesidades que surgieron de esta trayectoria de quince años, son las que daban forma a las distintas estancias de la nueva galería, mientras artistas y obras iban encontrando su lugar en un programa que ya piensa en el futuro.

Miradas y formas es el resultado de la reflexión afín sobre el oficio del galerista como promotor de conocimientos sensibles, que antecede a la categorización de la academia y a la validación institucional; un espacio flexible y compartido con los artistas donde la propuesta creativa se presenta sin ambages, en conexión a un coleccionista, que participa en la construcción última de su significado.

Maisterravalbuena ha confiado siempre en esa mirada subjetiva y con frecuencia ágrafa, connatural a este oficio, que ha guiado el programa por un territorio de experiencias sensibles en diálogo primario con los artistas. El de la galería es un espacio intermedio, una extensión del estudio del artista, que sin necesitar de certezas, explora sobre una mirada intuitiva las relaciones formales de la propia materialidad, conecta las obras a través de la pura fenomenología y busca que estas se expliquen en un viaje de ida y vuelta entre significado y forma.

Sin salir del barrio, sin movernos apenas de manzana, con cerca de cien proyectos realizados, Pedro Maisterra y Belén Valbuena han ido construyendo un lugar de encuentro a pie de calle, para el coleccionista y la institución, con la obra y con el artista. La idea de compartir es uno de los pilares de la galería y de esta exposición, no como discurso unidireccional, sino como propuesta activa de intercambio en este sitio concreto y con un cuerpo específico, siempre cargado, y al que debemos dar el contexto para lograr la producción de significados, o más precisamente, para hacer de ese proceso un acto común.

Proyecto arquitectónico

En la galería de Pedro y Belén los arquitectos Andrea y Galo Carbajo toman como punto de partida simbólico los colores de su antiguo espacio y los colores del edificio que aloja su nueva sede, situado en la calle trasera del Museo Nacional Centro de Arte Reina Sofía. El trabajo fue facilitar el encuentro entre esos dos mundos. El encuentro es algo importante en este proyecto. Tanto a nivel programático, ya que la galería está diseñada para ofrecer una experiencia lo más acogedora y natural posible -casi doméstica-; como a nivel constructivo, estando los elementos de la arquitectura concebidos como piezas que se conectan entre sí. Mamparas, puertas y ventanas, zócalos, rodapiés… son partes de un lenguaje que escribe una arquitectura colorida pero discreta, dibujada con cautela sobre las paredes siempre blanca de una galería.

Esta galería de arte con orientación sur está ubicada en un local en planta baja. Los amplios huecos en fachada se abren de forma regular en tamaño y distancia entre sí, con un acceso para personas a un lado y un acceso de mercancías en la parte central. Para bloquear la entrada de luz a la sala de exposiciones, se coloca una pieza que agrupa el almacén de obra y los despachos de dirección en una posición centrada, rodeable y protagonista por estar próxima a la fachada.

De esta forma se facilita el acceso al almacén desde la calle y se genera una doble circulación que ofrece distintas situaciones lumínicas y de percepción visual que enriquecen la experiencia de recorrido desde los espacios públicos a los espacios privados de la galería. El pasillo en fachada funciona como escaparate para el barrio, abriendo el negocio privado a la vecindad. La sala de exposiciones tiene una geometría compleja y difícilmente recordable, lo que ayuda a mantener el efecto sorpresa cuando se produce un cambio de propuesta expositiva en la galería. Las zonas privadas se plantean como espacios de carácter doméstico, cómodos y agradables, ricos en el juego de los elementos arquitectónicos, que se dibujan significándose en las paredes blancas de la galería.

Fotografías espacio: José Hevia

Fotografías vista de sala: Roberto Ruiz

Selección de obras: