Juego compositivo e integración en el entorno

La casa se asienta en una amplia parcela con una ligera pendiente hacia sur y vistas hacia la cordillera cantábrica. La vivienda se implanta en la mitad de la ladera creando dos jardines bien diferenciados: uno a norte, más público, en el que se organizan los recorridos de aproximación, y otro a sur, más privado al que vuelca toda la vivienda.

La fachada se descompone mediante un juego compositivo de bandas de hormigón blanco que fragmentan el volumen y refuerzan el carácter horizontal de la vivienda. Entre las líneas de hormigón se organizan paños de piedra caliza y madera de bambú que confieren al conjunto calidez y riqueza sensorial.

Hacia sur, la casa se asienta sobre un podio protegido del viento nordeste y abierto a las vistas, que quedan reflejadas en la lámina de agua desbordante de la piscina. El vuelo del volumen de planta primera sobre el podio, crea un espacio cubierto que sirve de porche a la vivienda.

La fachada norte es hermética y cerrada para protegerse de la calle, mientras que la fachada sur es permeable y ligera para captar el sol y las vistas. Se adoptan estrategias de arquitectura pasiva, como el vuelo de los aleros que permite proteger los ventanales de la radiación sur o la ubicación de una lámina de agua próxima que refresca el ambiente.

En la planta primera se organizan los dormitorios y una gran terraza cubierta con madera que dota a la vivienda de un espacio exterior de mayor privacidad y aislamiento.

Oficina de arquitectura: MOAH Arquitectos Sitio web: moah.es Instagram: https://www.instagram.com/moaharquitectos/ Email de contacto: moah@moah.es Ubicación de la oficina: El Astillero, Cantabria Superficie construida: 392 m2 Ubicación: Urbanización El Bosque. Loredo. Cantabria. España Programa: Vivienda unifamiliar Fotógrafo: Nacho del Río. Efecto Niepce Sitio web del fotógrafo: efectoniepce.com