Exterior que se integra con el paisaje y construcciones del lugar

La vivienda está ubicada en un entorno eminentemente rural, junto a una gran plantación de arándano rojo que proporciona un fresco y evocador aroma veraniego. La casa se implanta en la parte alta de la parcela para captar las mejores vistas y soleamiento.

El reto principal del proyecto era desarrollar un gran programa de necesidades con un diseño contemporáneo que no entrara en conflicto con el entorno natural y construido. Para ello, el exterior se integra con el paisaje y las construcciones del lugar mediante el empleo de soluciones de la arquitectura vernácula, como el uso de una geometría sencilla, la fachada de piedra caliza o la cubierta de teja plana a dos aguas. El juego consiste en conseguir un resultado respetuoso y contemporáneo a la vez. Para ello, en el exterior se combina la masividad de la piedra de mampostería con la ligereza de las grandes superficies vidriadas y cerámicas. En sus extremos norte y sur, la vivienda recupera la escala de la cabaña tradicional, evidenciando la cubierta a dos aguas propia de esta tipología.

La distribución interior se realiza a través de un gran corredor orientado al sol de poniente en el que se alternan grandes huecos abiertos al jardín semienterrado, y espacios de almacenamiento integrados en el cerramiento. A través de este corredor, los dormitorios pueden abrirse o protegerse del sol de la tarde por medio de cerramientos interiores vítreos y textiles.

Todos los espacios estanciales quedan visualmente conectados con el entorno natural, silencioso y tranquilo. La relación entre el interior y el exterior se desdibuja mediante el empleo de porches y aleros que dilatan el espacio interior. Para dirigir el enfoque y enmarcar las vistas exteriores, se emplea un elegante porcelánico de tonos tostados que contrasta con la claridad introducida por las superficies acristaladas.

La zona de estar-comedor-cocina se desarrolla en un único espacio, que favorece el uso lúdico de esta segunda residencia. Esta zona se orienta al sur, para contar con radiación solar directa a lo largo del día, y al éste para abrirse a las mejores vistas y a la piscina.

Los dormitorios abren al éste para recibir el sol de la mañana. Separando unos dormitorios de otros se organizan unas herméticas cajas en las que se disponen los baños y vestidores, que sirven a su vez para dar mayor privacidad acústica entre dormitorios.

En el sótano se organizan una serie de espacios lúdicos con un carácter más privado: bar, gimnasio, sauna, cine, bodega, etc. En estos espacios se busca intimidad y aislamiento, en contraste con el programa de planta baja, en el que se busca apertura al exterior. La atmósfera de estos espacios enterrados es más densa, lo que se potencia con la apertura de un gran ventanal en el vaso de la piscina que introduce una luz tamizada y salpicada de evocadores reflejos.

Ubicación: Bareyo, Cantabria (43°27’24.6″N 3°37’50.3″W) Arquitectos redactores: MOAH Arquitectos Director de la obra: MOAH Arquitectos Director de la ejecución de la obra: David González Jorrín Superficie de parcela: 5.760,61 m2 Superficie construida del proyecto: 529,03m2 Año del proyecto: 2018 Fin de obra: 01 de Julio 2020