PROYECTO: Bodegas Paniza (Zaragoza)
ARQUITECTO: Marta González
CIUDAD: (Zaragoza)
TIPOLOGÍA: Oficinas

Juego de geometrías y texturas para un espacio singular

La rotunda geometría con volúmenes de formas quebradas trata de transmitir la singularidad buscada por Marta González para este proyecto de bodega, oficinas, laboratorio, sala de catas y tienda.

 

Las Bodegas Paniza están diseñadas por la arquitecta Marta González partiendo de la búsqueda de dotar a las Bodegas de un espacio singular de diseño que sea representativo de su marca. Su rotunda geometría con volúmenes de formas quebradas trata de trasmitir la singularidad buscada, para otorgar de fuerza el diseño de sus instalaciones.

En lo referente al programa de necesidades, se ha proyectado un volumen principal que alberga la zona de Oficinas con despachos y salas de reuniones. Se trata de un elemento de piedra blanca con un volumen en voladizo que en su interior acoge la sala de catas de doble altura. En planta baja se encuentra un amplio laboratorio para los enólogos completamente acristalado al resto de las estancias.

El volumen vertical de piedra negra contiene la Tienda destinada a la venta de las botellas que producen las Bodegas, aunque la mayor parte de la producción se exporta a distintos países. Se trata de una tienda diseñada con un mostrador central blanco, quebrado y retroiluminado que apoya sobre un vidrio troquelado en el que entran los cuellos de las botellas para poder exponer de forma clara los distintos embotellados con los que cuenta la bodega.

El resto del conjunto incluye las naves de embotellado y almacenamiento que se encuentran conectadas con las naves de producción y que confieren ese carácter más horizontal al conjunto, permitiendo unas circulaciones de personal optimizadas para un buen proceso productivo.

Los volúmenes exteriores se han planteado con juegos de geometrías y texturas, todos ellos basados en piedra natural de calizas blancas y grises y de pizarras de negro intenso. Con geometrías acentuadas quebradas y voladas, para potenciar los efectos de la luz sobre los diferentes paños y que reflejan lo que albergan en su interior, estando abiertas con superficies acristaladas de muro cortina de vidrio traslúcido, con una traslucidez que tiene un ligero grado de trasparencia para permitir la percepción del exterior e interior.

Para el diseño de las Oficinas se ha planteado una entrada a doble altura con una pared quebrada sobre la escalera de peldaños volados, generando una sensación escultórica que vuelca sobre el Laboratorio acristalado. Todo el interior de las oficinas se encuentra abierto visualmente sobre todas las estancias, permitiendo una mayor apertura visual y global de todo el espacio.

El conjunto de volúmenes se puede percibir desde la carretera de Zaragoza y se encuentra acompañado de un ajardinamiento que potencia el diseño de forma coherente con la fachada, jugando con quiebros de texturas y especies vegetales que otorgan dinamismo al conjunto.