La renovación de una de las últimas obras construidas de Alejandro de la Sota supone para Magén Arquitectos enfrentarse a una gran responsabilidad y mantener un tono de máximo respeto al edificio original. Además, la intervención debe dar respuesta a la inserción de un nuevo programa funcional, así como mejorar la eficiencia energética y la accesibilidad, reducir los costes de mantenimiento y adecuar el edificio a las normativas vigentes en la actualidad.

Memoria del proyecto:

La ampliación de los Juzgados de Zaragoza, proyectada por Alejandro de la Sota, se lleva a cabo durante los años 1986-1994. Con una superficie construida total de más de 15.000 m2, el proyecto se desarrolló en un solar irregular del casco antiguo, situado en la parte posterior del antiguo edificio de juzgados –proyectado por Regino Borobio en 1959-. La precisa respuesta al programa funcional estructuraba la volumetría en tres bloques aislados, dispuestos en el perímetro del solar, conectados entre ellos y con el edificio de Borobio mediante un gran vestíbulo central en planta baja.

Sin uso desde 2008, se plantea el proyecto para la adecuación del edificio para albergar la Consejería de Servicios Sociales del Gobierno de Aragón y sus entes asociados. Con un presupuesto muy limitado, la intervención se basa en dos principios fundamentales: asumir el valor arquitectónico del edificio, respetando al máximo su carácter, y, al mismo tiempo, adecuarlo al nuevo programa funcional y a los estándares actuales en términos de confort, eficiencia energética, sostenibilidad, accesibilidad e instalaciones.

De acuerdo con estas premisas, los principales objetivos y estrategias de la intervención han sido:

– Preservación del carácter del edificio: reconstrucción, recuperación y reutilización de materiales para conservar la imagen exterior y la atmósfera de los espacios interiores. La intervención conserva el carácter exterior del edificio, integrando las actuaciones puntuales en fachadas, reproduciendo elementos constructivos originales, como carpinterías o rodapiés, recuperando los pavimentos de linóleo, conservando y reutilizando las mamparas originales y reutilizando los falsos techos de rejilla originales, tras su desmontaje para el paso de las nuevas instalaciones. En los interiores, se preserva la atmósfera del edificio original, potenciando el carácter diáfano y luminoso de los espacios.

– Adecuación al nuevo programa funcional: actuaciones puntuales en la fachada y nuevas distribuciones en plantas. La apertura de nuevos huecos, siguiendo la trama del edificio original, se realiza con carpinterías similares a las existentes. En los interiores, se aprovechan en la medida de los posible las mamparas y elementos de compartimentación existentes. En determinados casos, la ubicación del programa implica la demolición o la ejecución de tabiques interiores: en la primera planta del edificio A, las salas de vistas originales se agrupan en un único espacio administrativo, para cuya iluminación se abre una nueva línea de ventanas en todo el perímetro, con las mismas características que en las plantas superiores, reforzando la condición de zócalo ciego de adoquín del edificio, en contraposición a la composición de paneles metálicos lacados y ventanas, en las plantas superiores.

– Renovación y adecuación normativa: actualización de núcleos de servicio, medidas de accesibilidad y sectorización contra incendios. La intervención reforma completamente los núcleos de aseos, incluyendo nuevos aseos accesibles, y sectoriza los núcleos de comunicación vertical.

– Eficiencia energética pasiva: aislamientos en el trasdós de fachadas. La rehabilitación energética debe tender necesariamente a disminuir la demanda de energía necesaria. Con tal fin, la fachada original, compuesta de un panel sándwich Robertson de 6 cm, se reviste interiormente con un trasdosado con aislamiento de lana de roca, que aumenta sensiblemente el espesor del mismo. No obstante, en las escaleras se conservan los paramentos interiores originales, con la subestructura de sujeción de la fachada vista al interior, a modo de testimonio del estado inicial del edificio, carente de trasdosados.
– Eficiencia energética activa: sustitución completa de máquinas y trazados de instalaciones. Producción de energía con enfriadoras y calderas de condensación de alto rendimiento energético. Iluminación LED con sistemas de regulación para un menor consumo.

Situación: Plaza del Pilar, 2. Zaragoza. Arquitectos: Magén Arquitectos ( Jaime Magén, Fco. Javier Magén) Calle Zurita 21, Pral B, Izqda 50001 Zaragoza T 976 385 110 @ estudio@magenarquitectos.com magenarquitectos.wordpress.com Promotor: Gobierno de Aragón Instituto Aragonés de Servicios Sociales Colaboradores: Irene Arrieta, Clara Ordovás, Marta Aguado (arquitectas) David Mateo García (arquitecto técnico) Ingeniería Torné (ingeniero) José Ángel Pérez Benedicto (estructura) Area: 15.809,69 m2 Presupuesto: 3.803.258,14 € Contratista: Urbamed Infraestructuras Urbanas SL Fecha de Proyecto: 2018 Fecha Construcción: 2018-19 Fotografías: Rubén Pérez Bescós