El arquitecto de interiores Bruno Lavedan se ha encargado de la reforma integral de este pequeño ático con terraza de 70m², en un edificio de los años 70 ubicado en una zona popular del centro de Madrid. El cliente, un joven soltero, reclamaba un espacio social lo más amplio posible.

Descripción del proyecto:

El concepto del proyecto es una reinterpretación del estilo arquitectónico de edificios obreros o populares de los años 70 en Madrid. Por ello, en todos los espacios del proyecto encontramos algún detalle del diseño de aquella época.

El respeto por el pasado, al origen de carácter humilde de la vivienda, ha sido determinante para la utilización de materiales como el cemento, el hormigón visto, el solado de barro, los azulejos de formato pequeño, madera de roble, etc…

Se ha buscado sencillez, pureza de líneas y espacios limpios, que transmitan calma y sean acogedores.

El morador de esta vivienda, joven y soltero, quería poder disfrutar de un espacio social lo más amplio posible. Al tratarse de un apartamento de planta estrecha y alargada, se ha tenido que buscar una alternativa a una distribución de espacios tradicional.

Generando sensación de amplitud en 70 m2

Se ha logrado configurar el espacio de tal manera que la parte más privada de la vivienda queda oculta tras los frentes de armarios de altura completa y la puerta enrasada de acceso al dormitorio. El solado continuo de cemento pulido, utilizado en casi todas las estancias  ayuda a incrementar la sensación de amplitud.  Además, se ha ganado la mayor altura de techo posible, dejando las instalaciones de la climatización vistas que, junto con las vigas y pilares de hormigón conforman un elemento decorativo más.

El estudio de la iluminación es uno de los pilares del proyecto. Tanto la luz natural, que se tamiza a conveniencia mediante cortinas de lamas verticales blancas, como la luz artificial, que acentúa aquello que se quiere destacar. La luz es regulable en la mayoría de estancias y está planificada para el amueblamiento posterior con los muebles del cliente.

La zona de día está formada por la cocina, el comedor y el salón, que comparten el mismo espacio. Una celosía de suelo a techo, formada por ladrillos de barro de círculos vacíos en color blanco mate, deja pasar la luz y entrever, a la vez que sirve para separar ambientes.

Una terraza que forma parte del salón

Con el objetivo de conseguir una zona de día lo más amplia posible, puede decirse que la terraza pasa a formar parte del salón y añade muchísima luz natural a la vivienda. Este efecto interesante se ha conseguido de dos maneras.

Por un lado, gracias a la perfilería oculta en la gran puerta corredera de vidrio del salón. La ausencia de marcos a la vista potencia esa sensación de un ambiente abierto. Por otro lado, las pequeñas piezas de barro artesanal envejecidas que forman el pavimento de la terraza entran en el salón, dando continuidad entre un espacio y otro y creando una doble altura.

Detalles retro de los 70 en la cocina y el baño

La cocina, en infalible blanco y madera de roble, optimiza al máximo los espacios de almacenaje superior e inferior con armarios. Los tiradores de los armarios en forma de hendidura circular aportan el punto retro años 70 que tiene todo el proyecto.

En el baño, la pared de la ducha se ha revestido en baldosas cuadradas pequeñas en un tono azul intenso, el resto con baldosas blancas. La grifería es empotrada en negro. El mueble de madera natural de roble. Destaca la luminaria redonda estilo años 70 sobre el gran espejo rectangular de cantos redondeados.

Fotógrafo:   Juan Francisco Gomez .