El estudio de arquitectura b720 Fermín Vázquez Arquitectos, recientemente ganador del proyecto de reconversión del espacio Azca de Madrid y galardonado en los premios ASPRIMA-SIMA 2021, construirá la nueva estación de alta velocidad de Barcelona. Se trata del edificio más grande de Barcelona, diseñado con tecnología estructural de madera con una singular pérgola sostenible.

La nueva estación de alta velocidad de Barcelona se convertirá en el centro de movilidad y transporte de referencia en Europa, será el edificio más grande de la ciudad, comparable a la T1 del aeropuerto del Prat y seguramente el de más actividad. Un nuevo territorio urbano privilegiado  con una gran oferta en movilidad e infraestructuras que enlazará las tramas de unos barrios hasta hoy desconectados.

La identidad urbana quedará singularizada por el gran parque lineal de 40 Ha y por la estación de la Sagrera, corazón de la operación. Está proyectada para dar servicio a 100 millones de viajeros anuales e integrará en su interior varias estaciones: la de alta velocidad, la de cercanías, la de metro, la de autobuses interurbanos y paradas de taxi, autobús urbano y renting de bicicletas así como un gran aparcamiento de vehículos privados.

La estación está situada en el principal corredor entre el Norte y el Sur de Europa, integrado en la avanzada red española de alta velocidad. Permitirá transformar doblemente a Barcelona que se equilibrará con la generación de una nueva gran centralidad urbana y adquirirá una potente centralidad regional europea en el Mediterráneo.

El principal objetivo de la operación en la que el proyecto se inserta pretende resolver el tradicional efecto barrera de las infraestructuras ferroviarias en la ciudad manteniendo la permeabilidad y continuidad del espacio público. La enorme nueva estación se manifiesta en la trama urbana como un parque y una gran pérgola. La intención es adaptarse a su entorno, convertirse en una aportación positiva para la comunidad local, tanto desde un punto de vista formal como desde un punto de vista funcional. Se crean nuevos espacios para el disfrute de los ciudadanos.

La pérgola que señala una de las entradas a la estación, con una altura de 15 metros, se pliega generando una relación directa con el parque, intensificando su actividad y permitiendo la realización de eventos al aire libre, en una nueva plaza verde para el barrio. La relación entre la pérgola y el espacio público genera un punto singular que permite identificar la presencia de la estación sin interrumpir el desarrollo continuo del parque.

Los extremos de la pérgola se elevan marcando los accesos a la estación. Aun siendo fácilmente identificable en su escala de infraestructura, su altura hace de ella un elemento integrado en la escala del entorno urbano. La propuesta remarca la identidad de la nueva infraestructura desde la ciudad, maximizando su visibilidad y manteniendo la escala de barrio,

La estructura, de madera laminar, un material renovable, transmite un profundo compromiso con los objetivos de reducir la huella de carbono en la ciudad. Se ha diseñado un sistema de aprovechamiento de la energía solar mediante captadores fotovoltaicos.

En palabras de Fermín Vázquez, socio-fundador del estudio:

“El tren fue el medio de transporte que transformó el mundo en el siglo XIX y será el que lo transforme en el XXI. Nuestra responsabilidad ahora como arquitectos y urbanistas es convertir estas infraestructuras, tradicionalmente causantes de grandes barreras y heridas urbanas, en ejemplos de integración en ciudades más limpias, más caminables y mejor conectadas que nunca.”