PROYECTO: 20 viviendas en la Avenida de los Madroños 27, Madrid
ARQUITECTO: Bueso-Inchausti & Rein
CIUDAD: Madrid
TIPOLOGÍA: Viviendas

Establecer el diálogo
entre forma y función

Las fachadas del proyecto de Bueso-Inchausti & Rein giran 45 grados con respecto a los límites ortogonales de la parcela para conseguir la mejor orientación y unas magníficas vistas hacia el sur.

 

El edificio contiene 20 viviendas distribuidas en 4 plantas con áticos tríplex. El promotor del edificio, Inmobiliaria Tiuna, trabaja en asociación con el estudio Bueso-Inchausti & Rein Arquitectos desde el año 1989.

La construcción del edificio requirió de la previa tramitación de una figura de planeamiento, un estudio de detalle, así como de la adecuación formal y funcional del edificio a su entorno.

El Parque Conde de Orgaz mantiene, en la acera norte de la Avenida de los Madroños, una banda de edificación en altura que domina la urbanización formada por viviendas unifamiliares, edificadas sobre jardines de exuberante vegetación. La convergencia de vistas y orientación a mediodía en el frente de acceso de la parcela, la existencia hacia el norte de un entorno urbano degradado y la colindancia con edificaciones de cierta entidad en ambos linderos perpendiculares al acceso, les llevó a tomar la decisión de posicionar las fachadas giradas 45º respecto a los límites ortogonales de la parcela. Con ello evitan las vistas enfrentadas con las edificaciones colindantes y hacen partícipes a todas las viviendas de las magníficas vistas que se despliegan hacia el sur.

El perfil familiar del parque, les hizo optar por un programa homogéneo para todas las viviendas. Se crean tres tipologías distintas: viviendas de planta baja con jardines privados y piscinas individuales, viviendas en plantas intermedias volcadas sobre sus terrazas y viviendas áticos tríplex con jardines y piscinas conectados espacialmente con el espacio interior a través de grandes paños de vidrio.

La arquitectura del edificio potencia la privacidad de las viviendas y define la volumetría sin comprometer su funcionalidad. Las zonas comunes de gimnasio, jardines y piscina, se suman a las zonas de acceso sin renunciar a la privacidad.

La localización en relación con la ciudad, hace inevitable que el ingreso rodado al edificio sea dominante, por lo que se han tratado los accesos desde el aparcamiento con la misma nobleza que el resto del edificio. La elección de los materiales y el diseño de los detalles constructivos han sido contemplados para compatibilizar su integración en el conjunto y garantizar su noble envejecimiento.

Un detalle resuelve el paisajismo del perímetro de las terrazas a la altura del suelo con el fin de no interferir en las vistas. Para ello, se diseñan unas jardineras que alojan la vegetación. Se construyen sobre perfiles de acero laminado que vuelan desde el borde de la losa de hormigón. Sobre este perfil, las láminas de vidrio se anclan para encerrar las terrazas.